Mucha tinta con buenos
deseos hemos leído en estos días, a raíz de los cambios que el Gobernador de
Veracruz, Javier Duarte decidió hacer en su equipo: Secretaria de Finanzas y
Planeación, Secretaria y Subsecretaria de Gobierno, Secretaria de
Comunicaciones, Secretaria de Desarrollo Social, Colegio de Bachilleres,
Comisión de Agua del Estado, y Fideicomiso del 2% a la Nómina.
Junto a los beneplácitos y
felicitaciones, destacan los augurios y expresiones que procuran dar esperanza a
los veracruzanos; también se especula sobre lo adecuado de los perfiles y, desde luego, sobre el “potencial político”
de algunos acelerados que padecen la ambivalencia entre trabajar para llevar
“agua a su molino” o al del jefe.
La mayoría de las notas y comentarios
publicados en torno a estos cambios tan esperados en una parte de la clase
política veracruzana, tienen en común el voluntarismo, la subjetividad y optimismo
carente de contexto como si cada dependencia de la administración publica fuera
en realidad autónoma e independiente respecto de los ayuntamientos, del gobierno
estatal y federal o de otros factores internos o locales no menos importantes.
Se entiende que esa sea la opinión
publicada, que no la pública, pues en particular estos cambios en el gabinete, con
o sin la voluntad de sus protagonistas, son de hecho ubicación de posiciones y “reparto
de tareas” con un puerto de destino inmediato: la elección de gobernador en
2016.
Habrá que seguir de cerca el desarrollo
de la primera entrada para ver el desempeño en la cancha. Comen ansias los que
suponen que la colocación de los jugadores, es garantía de llegar a finales,
sea como jugadores o como
correligionarios de un mismo equipo. Exageran sus posibilidades al desdeñar a
otros aspirantes igual, más o realmente afines al gobierno del Presidente
Enrique Peña Nieto y sus estrategias diferenciadas de gobernabilidad en las
entidades federativas.
Para dejar atrás la fantasía, la euforia
y el voluntarismo, ver con realismo “el tamaño del paquete” y estar en
condiciones de dar pasos seguros con resultados medibles por beneficiarios y no
solo por presencia mediática, resulta útil el análisis político que se aparta
de visiones subjetivas para identificar y ponderar los factores y
circunstancias reales que determinan el quehacer de los nuevos Titulares, de
sus colaboradores y, en general de cada una de las dependencias y organismo. Solo
un ejercicio crítico así puede contribuir a identificar retos y oportunidades
para aquellos que se afanan por estar en
la jugada grande sin atenerse demasiado a padrinazgos o imagen comprada y sí por
méritos basados en la entrega de buenos resultados.
“No hace falta lo que tu propones” me
dijo una amiga experta en movilidad de gobernadores y de la clase política y,
remató, “los frutos de un político ya pueden ser un producto mediático, de
creativos en marketing político, de tal modo que hasta los mas desaseados, a la
hora del salto de chapulín, pueden lucir impecables. En la llamada realpolitik, la verdad también se
inventa, así que no te quiebres la cabeza con análisis que llevan al desencanto
de lo increíble pero posible en una
democracia inmadura.”
Desgraciadamente es verdad lo que me
dijo mi experimentada amiga y ahora integrante del equipo del Presidente, pero también
lo es que los electores veracruzanos aprendieron a valorar su voto y ya casi no
es posible comprarlo con una promesa, una despensa o baratijas de campaña.
Tienen memoria, sacan sus cuentas , reclaman compromisos acumulados y aplican
castigos. Se están volviendo “ciudadanos”, diría mi estimada condiscípula, Rebeca Arenas, próximamente de visita por
Xalapa.
Todo esto y más invita a que aquellos
que no quieran exponerse al descalabro electoral necesariamente volteen su
mirada hacia los retos y las posibilidades reales que prevalecen al interior y
exterior del espacio institucional en cuya cabeza han sido designados.
Intereses de sindicatos, exceso de
burocracia, infiltración de grupos de presión para el caso de las licitaciones,
funcionarios inútiles pero muy bien recomendados, políticos asilados, adeudos a
proveedores, adeudos a trabajadores, inexistencia de libros blancos, organismos
adscritos pero no entregados formalmente, aviadores de todos vuelos, duplicidad
de estructuras y funciones, problemas de todo tipo en líneas de mando, falta de
recursos para operación de programas, auditorias de la federación en curso o
pendientes de solventar, fondos federales
atorados, falta de proyectos y/o de capacidad para generarlos, parque
vehicular para llorar, leyes secundarias sin reglamento (como la de obra pública)
reglamentos sin manuales de organización o si los hay, están obsoletos.
Programas Operativos Anuales que no
arrancaron porque los recursos federales no han llegado, obras en proceso
detenidas por falta de recursos, o sea, en 4 meses, - de septiembre a
diciembre- si es que llegan, cada dependencia estará retada a ejercer recursos
que se programaron ¡para 12 meses!. Inevitable llegar a diciembre en
subejercicio de recursos.
Por si el retraso de los
recursos federales fuera poco, las Dependencias y Entidades del Gobierno del
Estado a través de sus áreas operativas y administrativas no han llevado a cabo
la gestión estratégica de programas de obras y acciones ante el gobierno
federal de manera oportuna de conformidad con los lineamientos que se aplican
en la materia. No obstante, en base a la instrumentación del Plan Nacional de
Desarrollo emitido por el Titular del Ejecutivo Federal, está pendiente de
realizarse la primera alineación de objetivos, estrategias y líneas de
acción del Plan Veracruzano de
Desarrollo y los planes sectoriales.
Los nuevos funcionarios tendrán que
saber sacudir, barrer, gestionar, torear, reformar estructuras, atender pagos
de deuda, en pocas palabras, hacer camino y caminar, hacer milagros para
entregar buenas cuentas y cumplidos resultados o tomar la vía corta resumida en
palabras de aquel amigo y secretario del ex gobernador Miguel Alemán con quien
tuve la oportunidad de colaborar; “a mi no me contrató el gobernador para
policía de funcionarios, y en el caso de supuesta corrupción o de irregularidades
jurídicas o administrativas heredadas, mi obligación se limita a comunicar de
ello a la Contraloría del Estado para que lleve a cabo las investigaciones,
determine y finque responsabilidades si las hubiera y ordene los correctivos
pertinentes; lleva el registro patrimonial, la validación de estructuras, la
entrega recepción y el cuidado del patrimonio del Estado. Mi trabajo es
realizar y promover proyectos que beneficien a los veracruzanos.”
Ciertamente, en la actualidad la
Contraloría del Estado es la dependencia responsable de la función de control
y evaluación gubernamental y desarrollo
administrativo, así como de la inspección y vigilancia de los ingresos, gastos,
recursos y obligaciones de las dependencias y entidades de la Administración
Pública Estatal, durante el ejercicio presupuestal correspondiente, situación
que le ha restado credibilidad ante los ciudadanos veracruzanos por la falta de
resultados de la misma. Quizá las cosas cambien cuando se de su alineamiento
con el nuevo enfoque y esquema de fiscalización que se propone llevar a cabo el
Presidente.
De todos estos retos y adversidades,
quiero destacar los siguientes:
- El difícil reto de
renegociación de la deuda. La falta de financiamiento económico y las
adversidades para gestionarlo oportunamente de fondos autorizados por el
gobierno federal.
- La magnitud de los
rezagos y el tiempo neto de trabajo de que dispone cada secretario para
entregar resultados de alto impacto económico-social, previo a la elección
de gobernador. (30 meses sin contar las intermedias)
- La falta de vocación
al servicio público, de planeación y de cultura de equipo en todos los
niveles y cuya expresión mayor es el llamado “fuego amigo” .
Estos retos a que se enfrenta el Gobernador
y su nuevo gabinete, no son imposibles de vencer pero tampoco menores. A mitad
de la gestión, se ve que el proceso de negociación política de la renovación ha
sido atípico por difícil y supone nuevos equilibrios. Además de disciplina y de
enormes esfuerzos de coordinación, va a ser indispensable, contrario a las
inercias, unidad, trabajo con resultados y periódicos baños de agua fría para
los que acelerados.
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