jueves, 18 de julio de 2013

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¿MOVER A MÉXICO… O no le muevan?


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¿MOVER A MÉXICO…
 O no le muevan?
 “LAS ELECCIONES NO REFLEJARON EL ESTADO DE ÁNIMO DE LA POBLACIÓN” me expresó el día de hoy un Diputado Electo, en una expresión de franqueza que le caracteriza. “En mi distrito hubo casos de una votación de 17%”, añadió. Estamos de acuerdo, le contesté, ganó el abstencionismo y su carga de desinterés, incredulidad, hartazgo, etc.,  y en estas condiciones, hay posturas y prácticas que agudizan la descomposición del sistema político, por supuesto más de lo que  ya está. Tal es el caso de los “madruguetes verbales”  a base de cifras manipuladas  por dirigentes de partidos estatales o nacionales que las divulgan antes de que lo hagan las autoridades electorales lo que  evidentemente  es una forma de restarle legitimidad a los triunfadores, disfrazada de “euforia”. Recordemos el histórico anticipo, en voz del Ex Presidente Ernesto Zedillo., en 1999, con una secuela de terror que no le vemos fin.



LA VORACIDAD DE LA PARTIDOCRACIA “A LA MEXICANA” y sus aliados no se lleva con el acuerdo de largo plazo, ni con la concertación estratégica en torno a grandes reformas u objetivos nacionales, etc. Eso no impide que  sus dirigentes firmen Pactos pero en la doble moral, uno es el discurso y otra la acción; por ello, el chantaje constante de romper el Pacto Por México.  Nuestra forma de ser, así es y no de ahora, sino desde nuestro pasado más remoto que en el presente se refleja en todos los actores, porque todos sin excepción procedemos de las mismas raíces históricas,  de la misma idiosincrasia. En este sentido el llamado al dialogo y al acuerdo entre las fuerzas políticas formulado hace una semana por el Presidente Enrique Peña Nieto, se queda corto. La crisis actual del  sistema de partidos y la anhelada democracia representativa, es profunda y amerita otro papel exhortativo del Presidente y otro eco en sus correligionarios en el Congreso ¿Por qué no lo asumen?
LOS TRIUNFALISMOS DE ACELERADOS POR EL PODER Y LA SUCESIÓN, AFECTAN GOBERNABILIDAD porque potencian los conflictos postelectorales y la ejecución de programas sociales. Ya bastante ha pagado la sociedad por la parálisis de programas sociales por “motivos electorales” y necesidades de “blindaje” como para sumarle la ocasionada por proyectos personales  y de grupo, siempre obsesionados por el poder y empecinados por su acomodo en el reparto calenturiento sucesorio y no por la necesidad de evaluar para corregir o sumar y acordar. Deslealtad y falta de vergüenza es hacer futurismo a la hora de trabajar y de cumplir las metas del Sexenio. ¿Qué hace falta para evidenciar aun más el ejercicio electoral del poder que los movimientos preparatorios de funcionarios? ¿Hasta cuándo el mandato popular va a soportar su permanente interrupción por el acelere de arribistas en agitación constante por las frecuentes jornadas electorales  federales, estatales y municipales? Si el periodo de los alcaldes se amplió a 4 años es para que los 4 sean de trabajo fecundo. Muy caro  pagamos los mexicanos el gatopardismo criollo del sistema político que padecemos.
MUCHO ACELERE Y NO PRECISAMENTE POR SERVIR A VERACRUZ ¿A dónde nos lleva? ¿Quieren silenciar el balance objetivo y crítico de los comicios? ¿Acaso detrás de la concertacesiones de los caballos grandes se gesta un “nuevo” esquema de partidos políticos para México?  ¿Será por eso se resisten a hablar del daño político que en la reciente jornada se han ocasionado así mismos los partidos? A la vista de lo que está pasando con las nuevas iniciativas que PAN Y PRD  presentarán al Presidente, estamos ante un proceso viciado y se hace necesario que el CONGRESO CONVOQUE A UNA EVALUACIÓN RESPONSABLE  Y PARTICIPATIVA, A  UN DIALOGO PUBLICO NACIONAL PARA LA REFORMA POLITICA  y que deje ésta de ser materia exclusiva de “los pactantes”. El problema con los partidos es que ninguno está dispuesto a correr riesgos que les limiten  el monopolio del acceso poder, por eso propuestas de reforma a modo de sus intereses de exclusividad de los derechos constitucionales que son de los mexicanos. Por principio ellos saben que es unánime  la EXIGENCIA de que desaparezca el financiamiento público de las campañas y las canonjías de que gozan Senadores y Diputados. ¿Y por qué no lo proponen? Volvemos a lo mismo, el Pacto por México no es representativo de la voluntad de todos los mexicanos.
DENTRO DE UNOS AÑOS, ¿CÓMO QUEREMOS LLEGAR A LA  ELECCIÓN DE NUEVO GOBERNADOR Y DE PRESIDENTE DE LA REPUBLICA? 
 Todos los partidos  verbalizan la crítica al paternalismo de los programas sociales y hasta se disparan en el pie, pero por su conveniencia lo preservan, como bien cita la anécdota del alacrán y el sapo hoy en su columna la prestigiada y talentosa periodista Virginia Durán Campollo.  En materia electoral, urge tomar conciencia de lo que somos y de lo que no somos y actuar en consecuencia.
Antes de la autopromoción, está la responsabilidad de entregar cuentas claras a su militancia y a la sociedad que financia las elecciones. Lección que no se aprende, lección que tiene que repetirse lo que de suceder nos convierte en fósiles de la materia. Dentro de unos años ¿Cómo debiéramos llegar a la elección de Gobernador y de Presidente de la República?
A.). Convocando a un pueblo participativo responsable y apegado a la cultura de la legalidad o
B). Convocando a electores apáticos, escépticos y conformistas, reflejo  de una clase política se quedó en la simulación de la democracia y la práctica del colonialismo político. El nepotismo plural es la versión más reciente de este retroceso.
El problema es añejo, complejo y estructural. Tiene que ver con el quehacer y el no hacer de los partidos que, junto con el IFE y el IEV, en materia de fomento de una cultura democrática han dejado mucho qué desear y por eso vale cuestionarnos si:
¿Los partidos alguna vez han sido instrumentos para impulsar la gestión social y el desarrollo político como lo marca la ley o solo han sido maquinarias electorales?
 ¿Fomentan la renovación democrática de representantes o  la desintegración de la militancia y el nepotismo?
 Los mexicanos en condiciones de vulnerabilidad no creen que la renovación de representantes vaya a mejorar sus condiciones de vida, si acaso y sólo para algunos, su preservación como beneficiarios de programas sociales paternalistas. Por este camino México no va a llegar a ningún lado.

NUEVOS ALCALDES. Es urgente que los nuevos alcaldes y diputados se pongan a trabajar si no quieren perder lo poco ganado en las urnas  por el elevado abstencionismo. Es por ello que apremia el trabajo para todos, sin colores, con resultados tangibles y medibles. Que  se vacunen contra la adulación, debilidad que lleva a la sensibilidad social secuestrada. “Ya lo estoy”, nos dijo categórico Américo Zuñiga. Esperemos que los vendedores de terror y adulación no logren su objetivo ya que   reconocimiento que no procede de los beneficiarios, sangra el erario público y carece de credibilidad; le expresé. 
No cabe duda que en el arranque se deciden muchas metas por lo que el periodo previo al 1° de Enero debería utilizarse para elaborar propuestas, opciones programáticas y financieras. Por fortuna, en  nuestro sistema político, el trabajo legitima  a todo el que trabaje con resultados, y con mayor eficacia a ganadores con números dudosos. Programa Solidaridad de Carlos Salinas y  el Programa de los 120 Días de  Fidel Herrera.
Toda la clase política debería estar inscrita en uno de estos dos bandos: o dedicados a trabajar en el cargo para el que fueron electos o participando en la evaluación autocrítica de las recientes elecciones de cara a los grandes retos de la Nación.  Los que no acepten alguna de estas dos tareas que se bañen en agua fría tres veces al día para que se les baje la calentura. Por lo pronto el que decide, ya decidió.  Quien lo merezca, permanezca. El buen gobierno, es para servir al bien común, es trabajo de equipo, donde no tienen cabida los proyectos personales.
TRABAJO MATA GRILLA. Para el gobernante, resistir a las presiones e inercias que partidizan políticas públicas y programas o la atención a ciudadanos o grupos, es cumplir con su deber de servir a todos, sin distingos,  única vía para tener autoridad respetable con capacidad para consensuar soluciones que preserven la convivencia y el estado de derecho. Lo contrario a este principio básico de gobernabilidad, ha sido el cáncer que padecen  las instituciones que hasta ahora hemos desarrollado.
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