Salsita para
La Cruzada contra
el Hambre (I)
Es muy fácil hablar de hambre o de
hambrientos con la barriga llena; no se porqué pero creo que ayudaría a pensar
mejor con la barriga vacía aunque fuera solo durante las horas que hablásemos
del tema.
No me gusta el nombre de “cruzada contra el
hambre” pero eso no importa sino que todos le entremos, que todo el gobierno
sea congruente y que sea hagan realidad los objetivos.
Lo primero que debemos asegurarnos con esto
de “la cruzada contra el hambre” es no estar haciendo más de lo mismo que todo
mundo sabe que incrementó el número de pobres.
He leído y analizado el Decreto del
Presidente Enrique Peña Nieto y al parecer hay claridad en lo que debe cambiar
de aquello que se venía haciendo (Programa Oportunidades y 70 programas
sociales más). En el discurso no hay problema, después de todo pensar, decir lo
pensado y decretarlo de manera diferente, es algo fácil; en cambio hacerlo,
llevarlo a la practica es otra cosa muy diferente.
En Veracruz lo intentamos, el Decreto Adelante
nace también del cuestionamiento de la eficacia de Oportunidades. Los conceptos
del Decreto veracruzano básicamente son los mismos que se consideran en el
Decreto de EPN. Se supone que dio resultado, ¿hasta qué punto? No se sabe cómo
pero el programa jarocho es obra de servidores y funcionarios del PRI del PAN,
ellos sí saben en què aspecto y en qué medida se logró cambiar. Pero si el
gobierno federal quiere arrancar con éxito la Cruzada debe saber y aprovechar
esta experiencia y la de otras entidades que han intentado lo mismo: superar el
esquema asistencialista de los últimos años. Si la Titular de SEDESOL y su
equipo quiere saber de verdad a qué realidad se enfrentaran los intentos de
cambio, un vistazo a la experiencia no registrada en los formatos de CONEVAL,
le puede evitar descalabros al Presidente.
Da la impresión que hay que cambiarlo casi
todo pues los pobres no se volverán productivos y generadores de sus ingresos
porque se les convoque u ordene y menos cuando por décadas y, por necesidades
del sistema político, se les trató como objetos y se les acostumbró a ser
pasivos beneficiarios de programas clientelares, paternalistas
asistencialistas.
Todo un sistema de relaciones sociales, de
dominación y manipulación ideológica y política de muchas décadas no se cambia
en un sexenio. La historia de la evolución humana demuestra que lo que más
lentamente llega a cambiar el ser humano son sus hábitos de vida. ¡Por eso hay
que empezar ya!
Bajo la política social adoptada hasta
ahora no hay ni habrá presupuesto que alcance y sí déficit creciente y varios
abismos fiscales.
Urge empezar la transformación porque
tampoco los miles de servidores públicos de los tres órdenes de gobierno,
repito tampoco estos, cambiarán su manera de relacionarse con los beneficiarios
, al menos no sin resistencias y simulaciones.
Siempre ha sido más fácil repartir ayuda
que ser promotor de cambios social, pero solo pueden ser verdaderos promotores
del cambio social los servidores públicos que capaces de cambiar.
Por estar basadas en la manipulación
y no en la movilización consciente, las relaciones clientelares de las
políticas asistencialistas son por naturaleza refractarias a la practica de la
critica entre gobierno y beneficiarios de los programas: en un canal de
televisión la licenciada Robles puede decir como dijo que la pobreza no se
resuelve repartiendo dinero, pero así se hizo por años y ahora en las
comunidades sus promotores no podrán decirle esto a los que hasta ahora han
recibido el cheque de oportunidades.
Es correcto e innovador el concepto de
transversalidad que contempla la estrategia de la Cruzada. No es original, EPN
aplicó al hambre, el concepto que la Organización Mundial de la
Salud (OMS) aplica desde la Primera Conferencia Internacional de Promoción la
Salud (1986) a través de la Carta de Ottawa y que consiste en atender las
determinantes de la salud de manera integral: agua potable, saneamiento,
educación, ingreso, alimentación, etc. Se dice entonces que la salud debe verse
de manera holística y atenderse integralmente; lo mismo ocurre con el hambre,
compleja necesidad cuya plena satisfacción interactúa con todo el entorno
humano y otras necesidades, unas materiales y otras no.
El pecado original de toda política social,
decía don Manuel Buendía, es haber nacido en el gobierno y en sus altas
esferas. Desde aquí, el deber ser, sólo es cosa de redactarlo y firmar un
decreto, tal y como están todos los derechos sociales en la Carta Magna, durmiendo
el sueño de los justos.
No es ganas de joder pero este pecado
conlleva a otro: una cosa es que los pobres reciban ayuda temporal en
ciertas necesidades materiales y otra dejar de ser pobre si lo que por esto se
entiende es desplegar capacidades productivas licitas generadoras de ingresos.
Queda la duda de si concepto propuesto lo comparten los diversos tipos pobres
que existen en México.
En términos estrictamente de teoría
económica, todo intento de “ser productivo” implica a)generación de excedente
económico b) retención de parte del mismo y c)capacidad para su acumulación y
reinversión productiva. Suponiendo que con algunas de las acciones de la
Cruzada se cumpla con a) en cambio cumplir con b) y c) implica remitirse a las
relaciones de intercambio de las unidades productivas con el mercado, sea este
local regional o nacional, los tres dominados hoy por agentes que escapan a
todo control y regulación del estado.
¿ De qué se trata con eso de volver
productivos a los pobres? ¿acaso de que produzcan su maíz, chiles y tomates?
Los cortadores de caña han hecho eso –ser
productivos - toda su vida y toda su vida han sido pobres ganando en pleno
siglo XXI 27 pesos por tonelada de caña cortada.
Insisto es correcto el esfuerzo integral
que EPN propone darle a la lucha contra el hambre. Más como ese esfuerzo lo
bautizó con el nombre de “cruzada”, lo primero que ya hace falta es que EPN le
de un manotazo a su gabinete y el Congreso a toda la clase política ampliada y
que a todos se les advierta que la Cruzada no se admitirá infieles de fuera o
de dentro del poder.
Que les diga abiertamente que cualquier
intento manipulador, de liderazgo electorero será considerado como traición, infidelidad
a la sociedad, a la institución presidencial a la Cruzada y a México. Si lo que
más se cuestionó del pasado fue el uso electoral de los programas sociales,
sería una aberración permitirlo. Hacen falta mecanismos para hacer posible la denuncia pública de quien viole este principio.
O sea calladitos sin protagonismos y con
demostrada disposición a cumplir con el esfuerzo complementario es lo que se
debe exigir al gabinete, a los gobernadores, a los alcaldes y sus equipos. Y a los líderes sociales otro tanto, pero eso será en otra entrega de Despertar a Tiempo.
0 comentarios:
Publicar un comentario