Abundan los estudios que analizan
las políticas sociales que durante las últimas décadas han sido aplicadas en
México por las distintas administraciones
del gobierno federal. Un vistazo al material publicado lleva a reconocer
que se trata de un tema recurrente y casi sexenal, lo que, en parte, se explica
por el papel de instrumento de control y legitimación política que han desempeñado los programas sociales, y
específicamente los destinados al combate a la pobreza y la marginación.
Por
lo general, cada seis años y en víspera del proceso electoral federal
respectivo, es común que arrecie la crítica de los programas sociales, la
controversia de las evaluaciones y también las propuestas de reforma o
reorientación. La más reciente manifestación de este fenómeno se dio durante
los 24 meses anteriores a las elecciones de Julio de 2011.
Llama
la atención este fenómeno porque la intensidad
casi siempre ascendente de ese debate de “lo social” transcurrió en paralelo y como parte de la disputa de los electores de tal manera que su
tono, enfoque y profundidad también se fueron agudizando y consolidando en las
respectivas argumentaciones de los candidatos a la Presidencia.
Cuatro
conclusiones, no las únicas, se pueden
obtener del análisis de esta tendencia del debate nacional sobre la política
social en México y:
a)
La fuerza política que está en el poder se ocupa de defender “los logros” y la continuidad de su política
social mientras que las adversarias le tupen duro a la crítica, la
descalificación, y la necesidad de “una nueva política social”.
b)
En virtud de que en el pensar, el criticar, el debatir y hacer propuestas de política
social siempre cabe más que en el acuerdo y no se diga en la ejecución de
cambios, los contendientes casi siempre se desbocan en sus cuestionamientos,
defensa o propuestas. Dicho en otras palabras, el discurso arroja mucho más luz
y comprensión de los alcaldes y limitaciones de lo social y la respectiva
política pública que la capacidad de la
administración publica y el sistema político para actuar en consecuencia.
c)
Debido al carácter inevitablemente clientelar de esta política pública – a lo
que no escapa ninguno de los partidos políticos que se disputan el poder - concluida una jornada electoral - a quienes resultan triunfadores no les queda más
remedio que continuar con los programas heredados
del antecesor si acaso con algunos ajustes presupuestales o en las reglas de
operación.
d) EPN se adelantó a ese desenlace recurrente
sexenal y, desde su campaña planteó la continuidad con algunas reformas, por
cierto, una estrategia electoral que le redituó excelentes resultados. Ningún mexicano
quiere poner en riesgo lo que tiene pero si quiere más.
Hoy
al inicio de una nueva administración federal y en vísperas de ajustes en la
estructura administrativa, en las políticas y en las estrategias a seguir, la pregunta clave es: ¿Qué debe continuar y qué
debe cambiar de la política y de los
programas sociales? That is the question
Enrique
Peña Nieto, en uso de sus facultades constitucionales como Presidente de la
República puede ordenar- para bien de muchos mexicanos - la orientación que
mejor le parezca para su política social; sin embargo, es de esperar que elija la que resulte de evaluar con
objetividad aciertos y fracasos habidos, particularmente de los últimos 12 años
y, además, “escuchando todas las voces” de los mexicanos, respetando y
recogiendo el consenso y el disenso tal y como se comprometió en el Manifiesto de una Presidencia Democrática. De
hacerlo no saldrá nada que no se sepa: critica al asistencialismo, paternalismo,
al clientelismo, patrimonialismo, corrupción en organizaciones, líderes y
burocracia, etc. Y, desde luego también se conocerían experiencias ejemplares
dentro o al margen de los programas gubernamentales.
Aunque
hay que esperar a la presentación del Plan Nacional de Desarrollo para conocer
la versión oficial y completa de la política social para todo el período, ya se
observan hechos que permiten augurar que
el mandatario será congruente con los criterios comprometidos en aquel
manifiesto, me refiero al perfil altamente profesional y de experiencia institucional
y política que caracteriza a todo el equipo de la ex presidenta del PRD,
Rosario Robles y por supuesto de ella misma.
No
tendría caso que EPN se tomara la molestia de llevar a cabo esa cuidadosa y
estratégica designación de colaboradores en el área social – SEDESOL- para salir con más de lo mismo o peor aún, el retorno
a un centralismo clientelar y burocratizado y más ineficaz que el padecido en todo el país en las dos administraciones
panistas.
De manera particular hay que reconocer el tino del
Presidente al incorporar a Javier Guerrero García como Subsecretario de Desarrollo Urbano y
Ordenación del Territorio quien “tendrá como una de sus grandes prioridades la
promoción de la participación social y ciudadana como un aspecto sustantivo en
las políticas que habremos de instrumentar” expresó la propia Rosario Robles el
día de la toma de protesta de su equipo. La reforma a la SRA y la
regularización e incorporación de suelo urbano y sus múltiples implicaciones es
parte de la estrategia.
Todas
son señales alentadoras para esperar un cambio sustantivo que conduzca a una política
social eficaz, eficiente, blindada ante el uso electoral, transparente y sobre
todo con participación de calidad lo que implica llevar a cabo profundas revisiones
y adecuaciones de los programas sociales. Eso toma tiempo, la participación
social y la corresponsabilidad no se ordenan por decreto y la interacción
programas sociales - cultura política comprende complejos procesos que implican,
entre otros aspectos, adentrase en las
reformas que requiere con urgencia la legislación que rige a partidos y
organizaciones políticas.
Por
ello y en el marco del proceso de formulación de la política social del
Gobierno de Enrique Peña Nieto habría que colocar la aportación de experiencias
institucionales y sociales de gobiernos estatales como el de Veracruz con Adelante
o el de Zacatecas con el Programa Sumar
y de los demás que hubieran desarrollado otros gobiernos estatales, municipales
y organizaciones no gubernamentales.
Se
trata de experiencias que nacieron motivadas por impulsos racionalizadores desde lo local y frente a la política y los
programas instrumentados por las dos administraciones federales panistas. Por
lo tanto comprenden esfuerzos por hacer mejor las cosas sobre todo en materia
de articulación interinstitucional de programas a nivel local y regional y de
fortalecimiento de la participación social.
Lo
que menos le apoya a la administración
del Presidente Peña Nieto y al talentoso equipo que encabeza la maestra Robles
es la adhesión pasiva, mecánica, abyecta, incondicional, como borreguitos, de
parte de los gobiernos estatales, municipales y organizaciones sociales de todo
el país. Bueno es aclararlo a fin de contrarrestar el terror que provoca dar
como versión oficial la supuesta línea autoritaria centralista que desde la capital
del país está “lista para castigar” , por lo menos con la congeladora, la menor
diferencia con el régimen del Presidente EPN.
Ahora
más que nunca hay que creer y tomarle la palabra al jefe de las instituciones y
acercarse con respeto y dignidad a sus colaboradores para compartir lo mejor de
las experiencias institucionales y sociales en materia de programas sociales. (yo
diría que en todas las políticas) Dialogarlas, exponerlas buscar la
complementariedad que puedan tener, ver qué de éstas puede inspirar la
precisión o el ajuste conveniente de las nuevas directrices de carácter
nacional, considerando que el PEF 2013 carga con inercias explicables de esta
transición.
Al
respecto el Gobernador de Zacatecas Miguel
Alonso Reyes dijo que tiene “un modelo a nivel
nacional muy importante que es el Programa Sumar”, por lo que se harán algunas
propuestas en materia de política social al gobierno federal. “Desde luego, el
presidente Peña Nieto habrá de hablar de los programas que arrancan con lo que
él planteó y que ya en el Presupuesto Federal se han aprobado en materia de
política social para nuestro país”, dijo. http://www.zacatecasonline.com.mx/noticias/local/27931-pena-nieto-visitara-zacatecas.html
Afortunadamente
Veracruz también cuenta con mucho que aportar toda vez que lo realizado bajo la
estrategia de Adelante partió de una concepción que buscó superar
las limitaciones de los programas federales, particularmente el Programa de Oportunidades.
Si se revisa cuidadosamente
el Decreto publicado en Gaceta Oficial Núm. 140, Mayo 2011 mediante el cual se
creó la novedosa estrategia, se comprenderá mejor porqué la experiencia de
obras y acciones llevadas a cabo en Veracruz en estos dos años de administración
estatal, puede ser referente de la política nacional en materia social. Toda
experiencia vista con objetividad enseña; se acertada o equivocada, con
resultados o sin estos, es producto del trabajo de miles de servidores
públicos, líderes sociales y organizaciones.
No se trata de
afirmar que todo lo realizado en la entidad logró superar la ejecución de los
programas federales panistas pero si ADELANTE
nació por la necesidad de hacer mejor las cosas, bien la experiencia
institucional y la social merecen ser
consideradas como propuestas ante el gobierno federal y no auto limitarse con adhesiones
mecánicas. Desde que el diputado José Francisco Yunes Zorrilla se desempeñó
como Presidente de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados
vengo insistiendo en esta manera de abordar la experiencia veracruzana.
El paso del viejo
“federalismo” centralista al de un gobierno de Presidencia Democrática exige nutrirse de todas las aportaciones y de
todas las voces. Cuando EPN dijo en Veracruz que el Programa Oportunidades no
desaparecería sino que se fortalecería, solo los que no saben leer lo
interpretaron como continuismo sin cambios cuando la historia de medio siglo de
políticas y programas sociales registra que estos han estado en permanente continuidad
reformada. ¿Qué hay que conservar y qué hay que cambiar? es la mejor pregunta
que debemos hacernos los mexicanos. Por ahora esta es la mejor forma de
contribuir a la formulación y ejecución de una política social sostenible,
articulada a la política económica considerando en todas sus implicaciones lo
expresado por el mandatario de que “La mejor forma de
reducir la pobreza y la desigualdad social es a través del crecimiento
económico elevado y sostenido” COMENTARIOS,
Romeo González Medrano: http://despertaratiempo.blogspot.mx/2013/01/enrique-pena-nieto-no-pretendo-gobernar.html
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