lunes, 14 de enero de 2013

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LA POLÍTICA SOCIAL QUE SIGUE





Abundan los estudios que analizan las políticas sociales que durante las últimas décadas han sido aplicadas en México por las distintas administraciones  del gobierno federal. Un vistazo al material publicado lleva a reconocer que se trata de un tema recurrente y casi sexenal, lo que, en parte, se explica por el papel de instrumento de control y legitimación política  que han desempeñado los programas sociales, y específicamente los destinados al combate a la pobreza y la marginación.




Por lo general, cada seis años y en víspera del proceso electoral federal respectivo, es común que arrecie la crítica de los programas sociales, la controversia de las evaluaciones y también las propuestas de reforma o reorientación. La más reciente manifestación de este fenómeno se dio durante los 24 meses anteriores a las elecciones de Julio de 2011.


Llama la atención este  fenómeno porque la intensidad casi siempre ascendente de ese debate de “lo social”  transcurrió en paralelo y como parte de la  disputa de los electores de tal manera que su tono, enfoque y profundidad también se fueron agudizando y consolidando en las respectivas argumentaciones de los candidatos a la Presidencia.


Cuatro conclusiones, no las únicas,  se pueden obtener del análisis de esta tendencia del debate nacional sobre la política social en México y:

a) La fuerza política que está en el poder se ocupa de defender  “los logros” y la continuidad de su política social mientras que las adversarias le tupen duro a la crítica, la descalificación, y la necesidad de “una nueva política social”.

b) En virtud de que en el pensar, el criticar, el debatir y hacer propuestas de política social siempre cabe más que en el acuerdo y no se diga en la ejecución de cambios, los contendientes casi siempre se desbocan en sus cuestionamientos, defensa o propuestas. Dicho en otras palabras, el discurso arroja mucho más luz y comprensión de los alcaldes y limitaciones de lo social y la respectiva política pública que la capacidad  de la administración publica y el sistema político para actuar en consecuencia.

c) Debido al carácter inevitablemente clientelar de esta política pública – a lo que no escapa ninguno de los partidos políticos que se disputan el poder -  concluida una jornada electoral -  a quienes resultan triunfadores no les queda más remedio que continuar  con los programas heredados del antecesor si acaso con algunos ajustes presupuestales o en las reglas de operación.

 d) EPN se adelantó a ese desenlace recurrente sexenal y, desde su campaña planteó la continuidad con algunas reformas, por cierto, una estrategia electoral que le redituó excelentes resultados. Ningún mexicano quiere poner en riesgo lo que tiene pero si quiere más.



Hoy al inicio de una nueva administración federal y en vísperas de ajustes en la estructura administrativa, en las políticas y en las estrategias a seguir,  la pregunta clave es: ¿Qué debe continuar y qué debe  cambiar de la política y de los programas sociales?  That is the question



Enrique Peña Nieto, en uso de sus facultades constitucionales como Presidente de la República puede ordenar- para bien de muchos mexicanos - la orientación que mejor le parezca para su política social; sin embargo, es de esperar que  elija la que resulte de evaluar con objetividad aciertos y fracasos habidos, particularmente de los últimos 12 años y, además, “escuchando todas las voces” de los mexicanos, respetando y recogiendo el consenso y el disenso tal y como se comprometió en el Manifiesto de una Presidencia Democrática. De hacerlo no saldrá nada que no se sepa: critica al asistencialismo, paternalismo, al clientelismo, patrimonialismo, corrupción en organizaciones, líderes y burocracia,  etc. Y, desde luego también se conocerían experiencias ejemplares dentro o al margen de los programas gubernamentales.


Aunque hay que esperar a la presentación del Plan Nacional de Desarrollo para conocer la versión oficial y completa de la política social para todo el período, ya se observan  hechos que permiten augurar que el mandatario será congruente con los criterios comprometidos en aquel manifiesto, me refiero al perfil altamente profesional y de experiencia institucional y política que caracteriza a todo el equipo de la ex presidenta del PRD, Rosario Robles y por supuesto de ella misma. 


No tendría caso que EPN se tomara la molestia de llevar a cabo esa cuidadosa y estratégica designación de colaboradores en el área social – SEDESOL-  para salir con más de lo mismo o peor aún, el retorno a un centralismo clientelar y burocratizado  y más ineficaz que el padecido  en todo el país en las dos administraciones panistas.


De manera particular hay que reconocer el tino del Presidente  al incorporar a  Javier Guerrero García  como Subsecretario de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio quien “tendrá como una de sus grandes prioridades la promoción de la participación social y ciudadana como un aspecto sustantivo en las políticas que habremos de instrumentar” expresó la propia Rosario Robles el día de la toma de protesta de su equipo. La reforma a la SRA y la regularización e incorporación de suelo urbano y sus múltiples implicaciones es parte de la estrategia.


Todas son señales alentadoras para esperar un cambio sustantivo que conduzca a una política social eficaz, eficiente, blindada ante el uso electoral, transparente y sobre todo con participación de calidad lo que implica llevar a cabo profundas revisiones y adecuaciones de los programas sociales. Eso toma tiempo, la participación social y la corresponsabilidad no se ordenan por decreto y la interacción programas sociales - cultura política comprende complejos procesos que implican, entre otros aspectos,  adentrase en las reformas que requiere con urgencia la legislación que rige a partidos y organizaciones políticas.


Por ello y en el marco del proceso de formulación de la política social del Gobierno de Enrique Peña Nieto habría que colocar la aportación de experiencias institucionales y sociales de gobiernos estatales como el de Veracruz  con Adelante o el de Zacatecas con el Programa Sumar y de los demás que hubieran desarrollado otros gobiernos estatales, municipales y organizaciones no gubernamentales.   



Se trata de experiencias que nacieron motivadas por impulsos racionalizadores  desde lo local y frente a la política y los programas instrumentados por las dos administraciones federales panistas. Por lo tanto comprenden esfuerzos por hacer mejor las cosas sobre todo en materia de articulación interinstitucional de programas a nivel local y regional y de fortalecimiento de la participación social.


Lo que menos le  apoya a la administración del Presidente Peña Nieto y al talentoso equipo que encabeza la maestra Robles es la adhesión pasiva, mecánica, abyecta, incondicional, como borreguitos, de parte de los gobiernos estatales, municipales y organizaciones sociales de todo el país. Bueno es aclararlo a fin de contrarrestar el terror que provoca dar como versión oficial la supuesta línea autoritaria centralista que desde la capital del país está “lista para castigar” , por lo menos con la congeladora, la menor diferencia con el régimen del Presidente EPN.


Ahora más que nunca hay que creer y tomarle la palabra al jefe de las instituciones y acercarse con respeto y dignidad a sus colaboradores para compartir lo mejor de las experiencias institucionales y sociales en materia de programas sociales. (yo diría que en todas las políticas) Dialogarlas, exponerlas buscar la complementariedad que puedan tener, ver qué de éstas puede inspirar la precisión o el ajuste conveniente de las nuevas directrices de carácter nacional, considerando que el PEF 2013 carga con inercias explicables de esta transición.


Al respecto el Gobernador de Zacatecas Miguel Alonso Reyes dijo que tiene “un modelo a nivel nacional muy importante que es el Programa Sumar”, por lo que se harán algunas propuestas en materia de política social al gobierno federal. “Desde luego, el presidente Peña Nieto habrá de hablar de los programas que arrancan con lo que él planteó y que ya en el Presupuesto Federal se han aprobado en materia de política social para nuestro país”, dijo. http://www.zacatecasonline.com.mx/noticias/local/27931-pena-nieto-visitara-zacatecas.html

Afortunadamente Veracruz también cuenta con mucho que aportar toda vez que lo realizado bajo la estrategia de Adelante  partió de una concepción que buscó superar las limitaciones de los programas federales, particularmente el Programa de Oportunidades.

Si se revisa cuidadosamente el Decreto publicado en Gaceta Oficial Núm. 140, Mayo 2011 mediante el cual se creó la novedosa estrategia, se comprenderá mejor porqué la experiencia de obras y acciones llevadas a cabo en Veracruz en estos dos años de administración estatal, puede ser referente de la política nacional en materia social. Toda experiencia vista con objetividad enseña; se acertada o equivocada, con resultados o sin estos, es producto del trabajo de miles de servidores públicos, líderes sociales y organizaciones.

No se trata de afirmar que todo lo realizado en la entidad logró superar la ejecución de los programas federales panistas pero si ADELANTE nació por la necesidad de hacer mejor las cosas, bien la experiencia institucional y la social merecen  ser consideradas como propuestas ante el gobierno federal y no auto limitarse con adhesiones mecánicas. Desde que el diputado José Francisco Yunes Zorrilla se desempeñó como Presidente de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados vengo insistiendo en esta manera de abordar la experiencia veracruzana.

El paso del viejo “federalismo” centralista al de un gobierno de Presidencia Democrática  exige nutrirse de todas las aportaciones y de todas las voces. Cuando EPN dijo en Veracruz que el Programa Oportunidades no desaparecería sino que se fortalecería, solo los que no saben leer lo interpretaron como continuismo sin cambios cuando la historia de medio siglo de políticas y programas sociales registra que estos han estado en permanente continuidad reformada. ¿Qué hay que conservar y qué hay que cambiar? es la mejor pregunta que debemos hacernos los mexicanos. Por ahora esta es la mejor forma de contribuir a la formulación y ejecución de una política social sostenible, articulada a la política económica considerando en todas sus implicaciones lo expresado por el mandatario de que La mejor forma de reducir la pobreza y la desigualdad social es a través del crecimiento económico elevado y sostenido” COMENTARIOS, Romeo González Medrano: http://despertaratiempo.blogspot.mx/2013/01/enrique-pena-nieto-no-pretendo-gobernar.html














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