La
vialidad de Xalapa es un reto de todos: gobierno federal, estatal y municipal, es
de los empresarios, organizaciones sociales, de toda la comunidad. Sin embargo,
no tiene caso engañar ni engañarse, las grandes soluciones exigen la conjunción
de factores y circunstancias que las convierten en posibilidades reales. Antes
de que algo así suceda, los esfuerzos aislados, por muy bien intencionados que
sean solo son paliativos o parches que muchas veces complican o encarecen las
verdaderas soluciones que, para serlo, deben ser integrales y con horizonte y
metas de corto, mediano y largo plazo en el marco de un Programa de Desarrollo
Urbano Sustentable.
Admitido
que Xalapa requiere de un plan así, la pregunta elemental es ¿Quién va a ser el
convocante inicial? ¿Un ayuntamiento que
está por concluir su mandato como el de Elizabeth Morales? ¿El ayuntamiento que
le sustituya? O ¿tendría que ser producto del nuevo “alineamiento” de los tres
órdenes de gobierno?
Si
se toma en cuenta que ninguna de las obras construidas en la administración
estatal pasada (puentes) ha vencido el gran
rezago de infraestructura y que los niveles de congestionamiento ya están
asfixiando la economía y la dinámica social de los habitantes de Xalapa, todo
indica que, un plan integral de vialidad es ultimátum de vida.
El
hecho de que la próxima administración municipal sea de 4 años puede dar lugar
a esa circunstancia con una advertencia para
todos los actores: nadie debe esperar ganarlo todo o pagarlo todo. Autoridades, concesionarios de trasporte
urbano, agrupaciones de taxistas, usuarios de vehículos, propietarios de
centros comerciales y educativos, desarrolladores urbanos, agrupaciones de
comerciantes, trabajadores del volante, todos, absolutamente todos tenemos algo
que sacrificar y algo que disfrutar. Xalapa tiene solución, si hay cooperación
de todos. Será la primera prueba de un nuevo federalismo.
Para
empezar, una de las medidas de ese plan, por ser imprescindible e inaplazable es
la reducción drástica del volumen de vehículos existentes en la capital
veracruzana y que hoy alcanza una de las densidades por habitante más grandes
de todo el país. Por lo tanto, urge el HOY
NO CIRCULA. El primer interés afectado va a ser el monopolio de las
gasolineras. Interés que no puede estar por encima de la vida de la ciudad.
Introducir
un nuevo, moderno y funcional ordenamiento vial
la base de una conectividad interna y externa eficaz apta para el éxito
de otros programas como el turístico o
el de polo del conocimiento científico y de la multiculturalidad.
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