miércoles, 17 de octubre de 2012

LA COLA NERVIOSA



No…. No, crea que la cola nerviosa es la que se dice que tienen y “le pisan” a los políticos o funcionarios señalados como corruptos. La Cola Nerviosa es otra cosa; por lo menos grupal o en ramas genealógicas de la clase política de todos colores y calibres. Su definición básica es  la impaciencia, el madruguete  o  el empujar el escalafón del poder hacia delante. Ejemplo de cola nerviosa es la que hacen más de cuatro políticos en espera de que Javier Duarte de Ochoa sea invitado a incorporarse al equipo del Presidente Electo Enrique Peña Nieto. Son parte de la misma familia  políticos y funcionarios  cuya actitud común es distraer tiempo laboral para invertirlo en lo que sea necesario para “dar el brinco”:



Cirujano: es el que empuja la cola para que se salga uno de esta y se acorte la distancia que le separa de su cargo siguiente;

Reincidente: le digan lo que le digan, él hace cola permanente para ver cuál de los cambios de gobierno le hará justicia.

Adelantado: es el que deja “apartado el lugar”.

Columnista: aquel que se auto promueve aunque no pegue.

Chapulin: de vocación y de siempre; es aquel que al menor descuido deja el puesto para saltar de la cola a otro cargo, no importa cómo y cuando deje el que tiene.

A dos manos: son los que se forman en una cola pero cobran en otra y así “financian” una tercera.

Rumorologos, son los que parece que no tienen otra cosa que hacer o viven su último  boleto. En el caso de la gubernatura de Veracruz ha sido crítico porque no habiendo más oportunidad que una cada seis años, la clase política ha creado la práctica de partir ese cargo por lo menos en dos partes.

Bebesaurios son los que ya se portan como “políticos mayores”, pero ni con una docena de nombramientos, diplomados y otros estudios de postgrado, logran ser tomados en cuenta.

Suertudos. Son los que ni siquiera hacían cola pero al no ponerse de acuerdo los grupos en disputa, lo prefirieron.

Dinosaurios son aquellos que no se quieren ir a casa y en cambio reivindican el valor de la experiencia. Junto con los bebesaurios suman un “hato ganadero” más grande que el vacuno de Veracruz. Oferta y demanda los tienen al borde de la “banca” pues todos los días aumenta estos casos mientras los cargos públicos tienden a reducirse, sea por restricciones presupuestales o demanda social, como es el caso de la posible reducción al número de senadores.

Me late: se la pasan en el café elucubrado  y apostando reacomodos.

Corporativo o del poder factico: son profesionales de grandes intereses empresariales.

Desechables: son producto de la trilogía ambición - velocidad - impaciencia lo que procrea políticos efímeros, desechables y casi con fecha de caducidad.

En resumen, de todas ideologías, partidos, sin partido, edades mentales y geológicas en esta alternancia aumentó el censo de políticos en movimiento, se redujo el tiempo promedio  de estancia de cada uno en un cargo, se redujo el tiempo de incubación,  se redujo el peso promedio, aumentó la anemia, aumento la rotación, se cerraron los círculos rojos y, por si fuera poco, está por disminuir el número de puestos.

¿Quién paga los platos rotos de esta  movilidad inducida por intereses políticos ajenos a la naturaleza de la administración pública?

Como siempre es  la sociedad porque en esta repercute que la renovación de poderes y la movilidad de funcionarios  tenga por una de las consecuencia la improvisación y la baja productividad de la administración.

Si a esto se le añade que el servicio civil de carrera es letra muerta de la legislación federal y estatal, no extrañe lo que le pasó al gobierno de Felipe Calderón: fue costoso y opaco.

La buena noticia es que los priistas, como lo harían los del PRD y como lo intentaron los del PAN,  trataran de perpetuarse y para eso están obligados a demostrar y desde las primeras decisiones, que realmente “cambiaron de rumbo”. Si lo cumplen, que bueno para México, sin no, no hay problema, ya lo dijo EPN, ninguna victoria o derrota son para siempre.  






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