.En el mes de diciembre, los 212 alcaldes de Veracruz rinden su informe anual. Todos lo hacen y cumplen con la ley: en cambio con la necesidad de la reflexión y la participación ciudadana, habría que analizarlo. Los informes anuales son una práctica administrativa que resulta compleja, costosa y muy poco productiva como ejercicio de comunicación si lo que se pretende es fortalecer el escrutinio público y el tránsito de la democracia representativa a la participativa y no se diga a la autogestión o democracia directa, imprescindibles en la actual crisis sanitaria que va más allá de cuestionar el neoliberalismo económico, amenaza la especie y alcanza manifestaciones de crisis civilizatoria, el más importante y obligado de los contextos de la IV Transformación desde lo local donde las posibilidades se pueden volver oportunidades del cambio con sustentabilidad con todo lo que ello representa para la más poderosa fuerza impulsora del cambio verdadero: la regeneración de la esperanza. El que tenga ojos que vea.
La
reflexión ciudadana como el desarrollo político implica una sociedad muy bien
informada, una comunicación organizada entre gobernantes y gobernados y ello se
nutre del conocimiento concreto y específico del objeto específico, diría el
estudioso epistemólogo marxista K. Kosik.
Por
eso las mañaneras han resultado en el más eficaz método de pedagogía política no
practicado antes por ningún presidente. No hay partido político ni medio de
comunicación que las supere, lo que explica que los conservadores, desde la
prensa tradicional hayan infructuosamente tratado de tirarlas. En lo que
respecta a los ayuntamientos, afortunadamente hay casos como el de Xalapa que
cuenta con un impresionante esfuerzo mediático como su página web, Diálogos de
Cabildo y Cabildo Abierto, entre otros.
No hay duda sobre el volumen de obra pública terminada y en proceso a cargo de
la administración que encabeza el alcalde de Xalapa, Dr. Hipólito Rodríguez
Herrero. De ello dio cuenta el reciente Tercer Informe del gobierno municipal.
Algunas Comisiones Edilicias glosaron en forma pública los alcances de un año
más del Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021, esta vez con un apartado
especial que da cuenta de la atención que el ayuntamiento dedica a los efectos
de la crisis social y sanitaria. Me llamó la atención el Informe del Regidor
Quinto Juan de Dios Alvarado García, presidente de la Comisión de
Comunicaciones y Obras Públicas, Desarrollo Social, Impulso a la Juventud e
integrante de otras más. Lo escuché como considero que debo hacerlo, es decir,
colocándome en el lado del ciudadano que está en espera de que su solicitud de
obra sea atendida y al que puede decirle mucho, poco o nada los datos duros
sobre el número total de obras realizadas en un año o bien, el notable
incremento de la inversión total, que en el caso de la capital ya rebasa los
1000 millones de pesos en el trienio. Sin embargo, analizando los informes
pude darme cuenta de otros aspectos que son igual o más significativos que la
inversión pública o el número de obras. Por ejemplo, su ubicación, en qué
colonia o congregación, la población beneficiada directamente, los años que
pacientes esperaron los habitantes, la conectividad de los flujos peatonales o
vehiculares que se abren o mejoran, la participación comunitaria, la
transparencia y el desempeño de la
contraloría social, la calidad de las obras, las economías logradas, el
fortalecimiento del patrimonio familiar, y, de manera especial, la creación de
condiciones que propician la reconstrucción del tejido social, familiar y
comunitario lastimado al extremo por tanta desigualdad y la desesperación que esto
causa. Por ello los comparativos globales hay que verlos con cuidado y con
reservas sobre todo si provienen de la critica que ya empieza a translucirse
con propósitos electorales como ocurre con ciertos empresarios que no paran de
quejarse de “abandono e incomprensión”
Siempre lo he dicho y ahora
la reitero que los ayuntamientos no tienen por función la creación de empleos y
carecen de capacidad para mejorar de manera directa el ingreso precario de los
trabajadores, sean empleados del sector privado o del informal. El ingreso de
sus propios trabajadores, es asunto aparte. Por eso resulta demagógica e
injusta la crítica y hasta reclamo de tales voceros empresariales que le
demandan al Ayuntamiento “estímulos y apoyos a la empresa privada” bajo el
argumento de que de esa manera “se protege” el empleo de los trabajadores y,
supuestamente, por esta vía, se podría, según ellos, “mejorar” la economía
popular y el poder adquisitivo de sus salarios. Como no es legal ni posible
complacer esos reclamos sin sacrificar los ingresos del ayuntamiento, afirmo
que esa bandera es demagógica, injusta y hasta electorera porque es falso que
complaciendo lo reclamado se proteja el ingreso de los trabajadores asalariados
siendo que la finalidad suprema de toda empresa privada es la ganancia. Los
empresarios inconformes deberían estar agradecidos y dormir tranquilos porque
tienen un ayuntamiento que ejerce, cuida y administra los recursos públicos con
transparencia y los destina a servicios, obras y acciones que mejoran las
condiciones de vida de la población en general y especialmente a la marginada
de siempre por administraciones anteriores - me refiero a los habitantes de la
periferia de la ciudad hoy atendida mediante 14 Centros de Gestión Comunitaria
( CGC) que brindan servicios y despliega infinidad de programas culturales y de
apoyo a mujeres y a los jóvenes mediante espacios recreativos, inversión
pública municipal destinada a pavimentación de calles, banquetas, nuevas
vialidades, ampliación de la red de agua potable y drenaje, de drenaje pluvial,
servicios municipales de Alumbrado Público siendo esta es la forma en que el
ayuntamiento coadyuva a mejorar las condiciones de vida de muchas familias. Los
empresarios que cuiden sus costos y sus ganancias, los ayuntamientos que se
ocupen con eficiencia de los pobres, de atemperar la desigualdad, de la
seguridad y la estabilidad, o sea mucho más que lo que mi amigo Pepe Valencia
propone hoy que abanderen los aspirantes a alcaldes evidenciando que los
adversarios de la IVT carecen de proyecto. (Pepe Valencia ADELANTE 8
propuestas, Facebook)
En
conclusión, todos los gobiernos municipales hacen obra pública la diferencia está
en para quién, de qué calidad, con qué costos, con qué economías para hacer más
con menos y sobre todo bajo qué perspectiva de sustentabilidad social y
ambiental se lleva a cabo ( obras y acciones que a Xalapa recientemente le han
ganado el reconocimiento en el más crítico y especializado Taller de Ecología
Política a cargo del Dr. Víctor Toledo ex secretario de SEMARNAT con asistencia
virtual de más de 323 investigadores y activistas ambientales) eso sí hace la diferencia entre gobiernos.
¿En qué radica la
diferencia entre un gobierno de la “noche neoliberal” (como la llamó la Dra. Guadalupe
Osorno, titular de PC) y un gobierno de la IV T? La respuesta será la clave de
la más importante decisión ciudadana del próximo año. Sugiero que todas las
Comisiones rindan cuentas desde este enfoque, toda vez que su principal
atribución es vigilar, evaluar y enriquecer las políticas públicas y el buen
desempeño de todas y cada una de las dependencias municipales. El cambio
verdadero empezó primero en Xalapa que en el altiplano lo que le ganó a su
ayuntamiento ser centro delantero, con lo único que vale: resultados. ¿Cuántos
goles meterá en 2021? No lo sé, de lo que podemos estar seguros es de que llegó
momento de pintar la raya y marcarla muy bien frente a quienes NO SOMOS
IGUALES.
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