miércoles, 16 de octubre de 2013

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OTERO CIUDADANO OTEA Y CUMPLE






 Al consolidarse como espacio realmente plural y democrático que da cabida a todas las voces y formas de pensar, Otero Ciudadano A.C, confirma su eficacia como instrumento que coadyuva a recoger consenso y disenso de los veracruzanos y, al hacerlo, sirve a la gobernabilidad que hace falta en Veracruz y en todo México, la democrática. Donde hay respeto a pensar y ser diferente, puede haberlo todo, en donde no, no puede haber nada. Publicidad gubernamental es una cosa, comunicación social para la participación ciudadana independiente y organizada es otra cosa; autoridad es una cosa, autoritarismo otra; éste, como degeneración del ejercicio del poder, por lo menos, deviene en desgobierno.





Por eso lo mejor que pueden hacer los integrantes de Otero Ciudadano es lo que están haciendo: practicar la tolerancia en el diálogo creativo, propositivo y de gestión formal. Mantenerse activos y unidos es la recomendación del Senador y cofundador, José Francisco Yunes Zorrilla expresada personalmente y a través de su cuenta de Facebook. 


Podría pensarse que se trata de un cumplido, usual en los políticos, pero definitivamente no es así. El oriundo de Perote, durante el desayuno del viernes pasado con un centenar de asistentes, escuchó tranquilo y atento toda clase de criticas y propuestas sobre la Reforma Hacendaria y pudo darse cuenta del valor civil, de la franqueza así como de la autoridad moral y profesional de periodistas de diversos medios de comunicación, empresarios, comerciantes, académicos, políticos y actores sociales. Entre otros, hicieron uso de la palabra,  Rafael Hernández Matías, Hilario Barcelata Chávez, Andrés Beceiro López, Rogelio Ibañez Espinoza, Dulce María Dauzón Márquez, Alejandro de la Madrid Trueba, León Ignacio Ruiz Ponce,  Maricarmen Flores, Romeo González y Leonor de la Miyar, Presidenta de Otero Ciudadano A.C.

El representante social sabe que es parte de su deber, escuchar todas las voces y, con más atención, aquellas que disienten y cuestionan. Sabe que no hacerlo o peor aun, simularlo,  fomenta la desesperación, el malestar y la protesta en las calles. El monólogo, sea en la calle, en el aula, el partido, o el gobierno, es autoritarismo, exclusión. Incluso, el antiautoritarismo es reacción que suele ser el otro lado de la misma moneda, aunque se oculte tras cualquier ideología.  

En este contexto, llama la atención la intensa y extensa actividad comunicativa de un representante social que viene frecuentando escenarios como Otero Ciudadano en los que se puede constatar el valor de una organización ciudadana abierta a todas las voces y a cooperar con las instituciones del Estado pero con existencia independiente o sea nada que ver con la interlocución agotada representada lo mismo por líderes que no son líderes que por organizaciones o  asociaciones civiles construidas y manipuladas para servir de comparsa de políticos de cada temporada.



Hay que tomar en cuenta que a la crisis económica que ahora daña severamente a los mexicanos, agudizada por los desastres, se suma una crisis política de dimensiones impredecibles. Las estructuras de la vieja democracia representativa llegan a sus limites históricos sin que antes hayan madurado los acuerdos cupulares en torno a la reforma política que paso a nuevos procesos democratizadores que  impulsen la renovación de la sociedad y del Estado Mexicano. Acuerdos lentos y cultura política aún más.  En efecto, los liderazgos y las estructuras intermedias – políticas, sociales y sindicales, que por décadas sirvieron a la estabilidad política y a la funcionalidad de las instituciones del Estado Mexicano, hoy están muertas o moribundas y muestran su obsolescencia e inoperancia.

Sirvieron para controlar no para participar, para votar no para transformar, para  callar la inconformidad no para encausar civilizadamente la protesta, sirvieron y sirven para manipular y corromper organizaciones e imponer o perpetuar cacicazgos sindicales y de organizaciones de productores del campo.

La disyuntiva es clara: empoderamiento ciudadano real a través de organizaciones civiles plurales, independientes del gobierno o crisis de interlocución, respeto a la iniciativa y organización ciudadana o manipulación de inconformidades, caos, ingobernabilidad y endurecimiento del Estado.

Cuando el paradigma de la protesta en las calles y plazas, en estado de transición, es río revuelto que lleva lo mismo auténticos luchadores, que mercenarios del erario público, hijos y nietos del viejo y nuevo caciquismo sindical, vándalos con etiqueta negra o roja, organizaciones como Otero Ciudadano son un lujo porque aun son parte de la excepción; del empoderamiento ciudadano organizado y del desarrollo político que no hemos alcanzado.

Fue en la respuesta a las abundantes observaciones que el Senador hizo gala como experto en políticas públicas y en economía sin faltar un gesto de inteligencia política al no escatimar respeto y reconocimiento hacia los integrantes de Otero Ciudadano y elogios a su Presidenta, Leonor de la Miyar. Como que sabe lo que en estos momentos vale un mecanismo plural, propositivo, libre de lisonjeros y de vendedores de egolatría o de chantajes facturables. Ojalá y se preserve unido, crítico y propositivo, plural, incluso con participación de representantes gubernamentales, con tal de que no se atrevan a tratar de manipularlo y querer convertirle en otra más  de las “organizaciones” dependientes de padrinos políticos y erario público. Organizaciones parásitas – de todos colores- que nacieron y son parte de la gobernabilidad agotada y el subdesarrollo político que tienen frenada tanto la democracia como la justicia social.





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