viernes, 4 de octubre de 2013

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2 DE OCTUBRE, LO QUE NO OLVIDO


                     



No olvido que el 3 de Octubre de ese año, la noticia de la violenta represión nos llegó hasta la crujía “M” de la cárcel Lecumberri en donde yo estaba preso junto con el Ing. Heberto Castillo, Luis Tomas Cervantes Cabeza de Vaca, Manuel Marcué Pardiñas, Eli de Gortari y muchos otros dirigentes y activistas participantes y miembros del Consejo Nacional de Huelga.



No olvido las palabras de mi padre cuando después de viajar 1000 kilómetros me visitó y platicando en la celda me dijo “qué bueno que tu estas aquí preso porque si no, estarías entre los muertos".

No olvido que en el movimiento del 68 había participación de toda clase de organizaciones socialistas, comunistas, troskistas, espartaquistas,etc, de todas las izquierdas, pero jamás ninguna predominó ni en el Consejo Nacional de Huelga ni en las manifestaciones y la propaganda. La mayoría de los participantes del movimiento no pertenecía a ninguna organización política ni se identificaba con ninguna ideología, sólo con el pliego petitorio.

No olvido que los del movimiento siempre cuidamos la organización de mítines y manifestaciones para impedir infiltrados que recibían la orden de manchar nuestro movimiento con actos de provocación y violencia. No siempre lo logramos.

No olvido que siempre fue estrategia de gobierno infiltrar provocadores , realizar atentados y destrozos y luego pagar su difusión para tratar de desprestigiarnos. Nunca lo lograron.

No olvido que había creatividad artística de todo género  para sensibilizar, persuadir  y ganar simpatía del pueblo, o sea nada que ver con insultos o agresiones en nuestras familias, en la colonia o comunidad,  con aquellos que no simpatizaban.

No olvido que nunca pedimos para un grupo, gremio, o sector o sindicato alguna petición especifica;  todo el pliego era para todos los mexicanos: libertades democráticas.

No olvido que durante 45 años, he escuchado la frase “2 de octubre no se olvida” y tengo sospechas de que para no pocos, fue un hecho violento del gobierno, que se recuerda solo  trauma, más no las lecciones del movimiento. Como toda catarsis, dura unas horas. O sea, sí se olvida lo esencial.

No olvido que todas las organizaciones “a la izquierda” del Partido Comunista, vivían en la clandestinidad, eran consideradas como ilegales.

No olvido que el sistema político actual , lo mismo el que está representado en la Cámara de Diputados y de Senadores y de todos los Congresos Locales, como el  de todas las organizaciones políticas existentes, es inexplicable sin la aportación de aquel movimiento que supo ganar la simpatía y la adhesión de pueblo.

No olvido que había algunos que decían “es la hora de tomar las armas y de hacer una nueva revolución” pero después de decirlo se retiraban a leer, cenar, bailar o dormir.

No olvido las palabras de aquel Maestro que me dijo “cuídese Romeo y cuídense todos  unos a otros porque la historia demuestra que en todo movimiento espontaneo, quien las lleva de ganar es aquel que dentro de lo espontaneo esté mejor organizado y dudo que sean ustedes”


No olvido que la represión sistemática del movimiento de 1968 hasta llegar al 2 de Octubre, le dio la razón a mi maestro. No sin resistencias el triunfo de aquella lucha se reconoció y volvió transformación institucional solo mediante la acción inteligente, plural  y organizada de muchos en los posteriores 45 años.

No olvido que por lo que luchamos en 1968, es por lo mismo que hoy luchan muchos mexicanos;  la mayoría  inconforme no solo con la inequidad, la injusticia y falta de oportunidades sino también con todos los partidos políticos en manos de sus cúpulas que suponen representarnos a todos.

No olvido que detrás de esa inconformidad, en su mayoría sin voz, hay una sociedad que anhela que el sistema político evolucione por la vía democrática, que se depure y que, por la vía pacífica y civilizada, se perfeccione la vida política de México, no que retroceda.






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