martes, 17 de julio de 2012

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SEGURIDAD Y PARTICIPACION CIUDADANA


DESPERTAR A TIEMPO
Romeo González Medrano
SEGURIDAD Y
PARTICIPACION CIUDADANA

Independientemente de las diferencias específicas que se puedan encontrar entre las ofertas de cambio presentadas a los mexicanos por cada uno de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República, lo que resulta un hecho evidente e indiscutible, es que todas procuraron responder a una exigencia común y de toda la sociedad: el cambio. Ni siquiera la opción que representó la continuidad- JVM – escapó a esa demanda social.
Por tanto es un acto de inteligencia de gobernadores y ayuntamientos  admitir que no todo lo que han estado haciendo responde a ese sentir mayoritariamente expresado en los resultados electorales que además, no es para mañana. O sea la adecuación de las instituciones del Estado y de las políticas públicas es una necesidad rezagada en el tiempo social.
LA ORTODOXIA DE LA PLANEACIÓN EN MÉXICO, al menos la implícita en la legislación vigente,  establece procedimientos y etapas que van del centro a la periferia. Sin embargo, el impulso democratizador  captado y reflejado en las tesis  de Manifiesto de EPN convocan a renovar protocolos desgastados. El político viejo invoca “la disciplina”; el nuevo se atreve a pensar por cuenta propia.  Por tanto, la pregunta que deben hacerse y contestarse los gobiernos estatales y municipales hoy constituidos es si van a esperar un año más a que se publique el próximo Plan Nacional de Desarrollo para empezar a realizar sus respectivas adecuaciones o si como calibra los tiempos y las temperaturas políticas el virtual Presidente EPN, toman la iniciativa y se ponen trabajar en aquellas adecuaciones  de carácter urgente como es el caso de la política y la estrategia de seguridad pública.
Si el gobierno del Estado, por convicción o por simple conveniencia presupuestal, acostumbra “alinear” – término impropio - sus políticas y planes estatales a las respectivas de la federación, con mayor razón hará lo propio tratándose de un gobierno federal presidido por un correligionario.
Tanto estudios de opinión como el hecho de que en las recientes elecciones 75% de los votos (EPN, AMLO) hayan sido en contra del partido aun en el poder, no tienen ni vuelta de hoja: la estrategia de seguridad  aplicada por el gobierno de Felipe Calderón  no fue aprobada y en consecuencia debe ser modificada en alguna medida y aspectos. ¿Qué debe continuar y què debe cambiar? Esa es la cuestión que no admite demora porque significa violencia, inseguridad y vidas inocentes. 
Uno de los aspectos de tal estrategia es el relacionado con la participación y colaboración de la ciudadanía. Hasta ahora la administración federal que está por concluir,  ha creado diversos mecanismos y programas para la participación ciudadana. En la Web de las dependencias del Sistema Nacional de Seguridad se encuentra señaladas estas vías y los informes anuales han dado cuenta de los logros alcanzados. En cuanto a Veracruz, el sistema  seguridad  contempla  mecanismos semejantes y para el mismo fin, entre los que se encuentra el Consejo Estatal de Seguridad, los Consejos Municipales y  Comités de Participación Ciudadana.
Ahora lo que se requiere es reforzar las acciones que actualicen y fortalezcan la política pública de seguridad, la eficacia de los cuerpos de seguridad y, sobre todo con resultados que  generen confianza y fomenten el desarrollo de la corresponsabilidad social y participación ciudadana. Es el caso de la atención eficaz de denuncias, el abatimiento de la violencia, el verdadero empoderamiento del ciudadano en el sistema de seguridad pública, el respeto al derecho del esparcimiento seguro en espacios públicos, entre muchas otras. 
LA VOLUNTAD CIUDADANA ESTÁ MÁS QUE DEFINIDA, falta que los cambios instituciones se lleven a cabo ya y en  la dirección que se supone apunta una presidencia democrática. La seguridad pública, el respeto a integridad personal, el respeto a los derechos humanos  etc., es una responsabilidad  esencial del Estado que se convertirá en  realidad cuando se sustente en  la legalidad como práctica social, como cultura.
POR ESO LAS URGENTES ADECUACIONES DE LAS POLÍTICAS PUBLICAS de seguridad, desarrollo social, comunicación social, fiscalización y transparencia, etc.,  deben empezar por hacerse incluyentes toda vez que la participación ciudadana aquí y en China, ni  se ordena, ni se crea por decreto, ni es monolítica, ni puede ser promovida por funcionarios autoritarios sino por servidores verdaderamente institucionales, sensibles y respetuosos de la diversidad que caracteriza a nuestra sociedad, un reto muy difícil pero posible de superar con voluntad política, talento, imaginación y capacidad para persuadir, escuchar, dialogar, concertar y convertir la inconformidad y la presión en corresponsabilidad social.
NO HAY CONTRADICCIÓN más aberrante que postular una gobernabilidad democrática y aplicar políticas y programas excluyentes, de ciudadanos, organizaciones, corrientes políticas, o partidos. Aprender a coexistir en la diversidad es una condición de la democracia. Los que apenas van a asumir un cargo de representación esbozan la agenda, los que ya ocupan responsabilidades de gobierno están políticamente obligados a ofrecer por lo menos experiencias renovadas, renovadoras y con resultados congruentes con el nuevo rumbo que como siempre, empieza con el primer paso.  Comentarios: romeo-gonzalez@hotmail.com






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