DESPERTAR
A TIEMPO
Romeo
González Medrano
SEGURIDAD Y
PARTICIPACION CIUDADANA
Independientemente
de las diferencias específicas que se puedan encontrar entre las ofertas de
cambio presentadas a los mexicanos por cada uno de los cuatro candidatos a la
Presidencia de la República, lo que resulta un hecho evidente e indiscutible,
es que todas procuraron responder a una exigencia común y de toda la sociedad:
el cambio. Ni siquiera la opción que representó la continuidad- JVM – escapó a
esa demanda social.
Por
tanto es un acto de inteligencia de gobernadores y ayuntamientos admitir que no todo lo que han estado
haciendo responde a ese sentir mayoritariamente expresado en los resultados
electorales que además, no es para mañana. O sea la adecuación de las instituciones
del Estado y de las políticas públicas es una necesidad rezagada en el tiempo
social.
LA ORTODOXIA DE LA PLANEACIÓN EN MÉXICO,
al menos la implícita en la legislación vigente, establece procedimientos y etapas que van del
centro a la periferia. Sin embargo, el impulso democratizador captado y reflejado en las tesis de Manifiesto de EPN convocan a renovar
protocolos desgastados. El político viejo invoca “la disciplina”; el nuevo se
atreve a pensar por cuenta propia. Por
tanto, la pregunta que deben hacerse y contestarse los gobiernos estatales y
municipales hoy constituidos es si van a esperar un año más a que se publique
el próximo Plan Nacional de Desarrollo para empezar a realizar sus respectivas
adecuaciones o si como calibra los tiempos y las temperaturas políticas el
virtual Presidente EPN, toman la iniciativa y se ponen trabajar en aquellas
adecuaciones de carácter urgente como es
el caso de la política y la estrategia de seguridad pública.
Si el
gobierno del Estado, por convicción o por simple conveniencia presupuestal, acostumbra
“alinear” – término impropio - sus políticas y planes estatales a las
respectivas de la federación, con mayor razón hará lo propio tratándose de un
gobierno federal presidido por un correligionario.
Tanto
estudios de opinión como el hecho de que en las recientes elecciones 75% de los
votos (EPN, AMLO) hayan sido en contra del partido aun en el poder, no tienen
ni vuelta de hoja: la estrategia de seguridad
aplicada por el gobierno de Felipe Calderón no fue aprobada y en consecuencia debe ser
modificada en alguna medida y aspectos. ¿Qué debe continuar y què debe cambiar?
Esa es la cuestión que no admite demora porque significa violencia, inseguridad
y vidas inocentes.
Uno de
los aspectos de tal estrategia es el relacionado con la participación y
colaboración de la ciudadanía. Hasta ahora la administración federal que está
por concluir, ha creado diversos mecanismos
y programas para la participación ciudadana. En la Web de las dependencias del
Sistema Nacional de Seguridad se encuentra señaladas estas vías y los informes
anuales han dado cuenta de los logros alcanzados. En cuanto a Veracruz, el sistema
seguridad contempla
mecanismos semejantes y para el mismo fin, entre los que se encuentra el
Consejo Estatal de Seguridad, los Consejos Municipales y Comités de Participación Ciudadana.
Ahora
lo que se requiere es reforzar las acciones que actualicen y fortalezcan la
política pública de seguridad, la eficacia de los cuerpos de seguridad y, sobre
todo con resultados que generen
confianza y fomenten el desarrollo de la corresponsabilidad social y participación
ciudadana. Es el caso de la atención eficaz de denuncias,
el abatimiento de la violencia, el verdadero empoderamiento del ciudadano en el
sistema de seguridad pública, el respeto al derecho del esparcimiento seguro en
espacios públicos, entre muchas otras.
LA VOLUNTAD CIUDADANA ESTÁ MÁS QUE DEFINIDA,
falta que los cambios instituciones se lleven a cabo ya y en la dirección que se supone apunta una presidencia
democrática. La seguridad pública, el respeto a integridad personal, el respeto
a los derechos humanos etc., es una
responsabilidad esencial del Estado que se
convertirá en realidad cuando se
sustente en la legalidad como práctica
social, como cultura.
POR ESO LAS URGENTES ADECUACIONES DE LAS POLÍTICAS PUBLICAS de
seguridad, desarrollo social, comunicación social, fiscalización y
transparencia, etc., deben empezar por
hacerse incluyentes toda vez que la participación ciudadana aquí y en China, ni se ordena, ni se crea por decreto, ni es
monolítica, ni puede ser promovida por funcionarios autoritarios sino por
servidores verdaderamente institucionales, sensibles y respetuosos de la
diversidad que caracteriza a nuestra sociedad, un reto muy difícil pero posible
de superar con voluntad política, talento, imaginación y capacidad para
persuadir, escuchar, dialogar, concertar y convertir la inconformidad y la
presión en corresponsabilidad social.
NO HAY CONTRADICCIÓN
más aberrante que postular una gobernabilidad democrática y aplicar políticas y
programas excluyentes, de ciudadanos,
organizaciones, corrientes políticas, o partidos. Aprender a coexistir en la
diversidad es una condición de la democracia. Los que apenas van a asumir un
cargo de representación esbozan la agenda, los que ya ocupan responsabilidades
de gobierno están políticamente obligados a ofrecer por lo menos experiencias
renovadas, renovadoras y con resultados congruentes con el nuevo rumbo que como
siempre, empieza con el primer paso. Comentarios:
romeo-gonzalez@hotmail.com
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