FERNANDO LÓPEZ ARIAS,
GOBERNABILIDAD Y CIRCUNSTANCIA
Para conmemorar el 34 aniversario luctuoso del ex gobernador Fernando López Arias, el pasado 3 de Julio, familiares y algunos servidores públicos, hicimos acto de presencia en el monumento erigido en su memoria ubicado en la avenida Xalapa, frente al edificio de Escuela Normal Veracruzana.
En estos casos, como suele ocurrir, se recuerda al personaje aunque evidentemente cada vez menos; una actitud que no debe extrañar pues con la ingratitud como con el olvido, simplemente se cumple una sentencia bíblica (Eclesiastés.,2/16). Esa mañana, el olvido fue contrarrestado un poco gracias a espléndida remembranza que hiciera quien, como reportero, acompañó en no pocas ocasiones al ex gobernador, me refiero al hoy cronista de la ciudad de Xalapa, el Dr. José Zaydén Domínguez; escuchamos también algunos comentarios de su hija, doña Amalia López Arias de Huitrón.
Ciertamente por sus frutos se conoce el árbol. Desgraciadamente por ignorancia o por la falta de información, los seres humanos solo reconocemos la obra física que, en la gestión del ex gobernador también la hubo y en abundancia particularmente hospitales, vialidades, infraestructura deportiva y educativa. En cambio, la evaluación se dificulta con la obra de gobierno que no es tan visible como aquella que tiene que ver, entre otras, con la pacificación, el orden legal, el dialogo en la solución de conflictos, la convivencia de los veracruzanos, combate al abigeato, desalojo de tierras invadidas, despistolización, etc., en pocas palabras “la gobernabilidad del estado”.
¿Bajo qué condiciones socio económicas gobernó López Arias? ¿Cómo afrontó la gestión del gobernante el acendrado centralismo presidencial prevaleciente de la época? Tómese en cuenta que la mínima discrepancia con el Presidente de la República, era en automático sinónimo de deslealtad.
La costumbre de criticar o elogiar sin medida a los hombres públicos, con frecuencia peca de subjetivismo o determinismo individualista. Sin embargo, el juicio de los gobernantes le corresponde a la historia, solo que como ésta por lo general la escriben los vencedores, parece que no nos queda más remedio que esperar a que cambien para al menos intentar “nuevas lecturas”. Parece que el nuestro es un tiempo propicio y hay que aprovecharlo.
Soy de los que no comparten muchas de las tesis del filósofo alemán. No obstante, puede ser saludable y hasta útil para nuevas lecturas de la historia, considerar la Sexta Tesis sobre Ludwig Andreas Feuerbach de C. Marx que destaca la unidad dialéctica entre el reconocimiento del carácter determinante de las relaciones sociales de producción y el carácter determinado de la actividad subjetiva que el individuo realiza en su marco socio-cultural. El hombre actúa bajo la determinación de circunstancias específicas cuyo análisis ha de ser parte del contexto de toda interpretación que pretenda ser “objetiva”.
Se ha dicho que Fernando López Arias fue un gigante de la política que gobernó con un gran equipo de colaboradores que destacaron también en la política y en el servicio público y que su fuerza política, entre otras cosas, le permitió ser determinante en la elección de su sucesor; eso era lo común como otra expresión más del centralismo político absoluto. Era el tiempo del modelo estabilizador que exigía control absoluto de las demandas sociales a través del corporativismo y del partido hegemónico cuando todo se decidía desde la Presidencia de la República.
¡Esas fueron parte de las circunstancias de la realidad política en que le tocó gobernar y vivir a Fernando López Arias! Final de una época que quedaría marcada por el estallido del movimiento estudiantil popular de 1968, parteaguas del desarrollo político de México. Luego vendría de la respuesta adaptiva del sistema político, con la llamada “apertura democrática”. Le seguirían las reformas electorales que dieron por concluida la etapa del partido hegemónico y el ingreso de la pluralidad al sistema político mexicano.
Paradójicamente cuando don Fernando López Arias concluía su mandato como Gobernador de Veracruz y se había dado ya la masacre del 2 de Octubre, el que escribe era parte de los más de 125 maestros y estudiantes que presos en Lecumberri nos habían dictado sentencias de 10 a 25 años de cárcel por jueces del fuero común y federal sometidos al poder presidencial. Nada que ver con el nivel de represión que relatan que se dio en la ciudad de Xalapa. Dejemos a los historiadores y críticos del pasado que hagan su trabajo y que lo hagan bien porque hace falta saber muchas cosas más.
Las generaciones actuales deberían interesarse en conocer cuáles son las lecciones por aprender de cada etapa de la historia del sistema político; por ejemplo ¿hasta qué punto el pluralismo político primero y la alternancia después ha preservado las raíces del centralismo político no obstante su discurso federalista y republicano? Parece necesario intentar nuestra propia relectura de la historia para comprender mejor el presente y esto sí es fundamental en el esfuerzo por generar una nueva cultura cívica y una visión del pasado histórico, libre de oficialismos. Una memoria histórica crítica, internalizada en el pensamiento político de nuestros días, puede coadyuvar al desarrollo de la cultura política democrática capaz de restituir el fundamento ético de la política, la dignifique y sustraiga del inframundo de simple juego de intereses en que ha caído.
Se puede decir que la gestión de FLA fue de resultados, con obras, con acciones firmes, y alentó, en los hechos a la juventud estudiosa. Don Fernando López Arias fue un gigante de la política porque actuó con firmeza, nobleza de fines y conforme a las circunstancias que le tocaron vivir. Si el ex gobernador lo que hizo fue ser consecuente con las circunstancias, pregunto…¿no será esta la lección más importante que dejó a los veracruzanos?
No cabe duda que en el presente, el reto de todos los mexicanos y en especial de la clase política mexicana toda, está en aceptar y comprender cuál es diagnóstico del desarrollo político alcanzado hoy por los mexicanos, cuáles las circunstancias que compartimos y qué deberíamos entender por “actuar en consecuencia”. Ojalá y no nos equivoquemos. Parece que JVM tomó la delantera al optar por abanderar la urgencia de las reformas y EPN da otro paso al frente esta semana.
No hay vuelta al pasado centralista del partido hegemónico y de una presidencia absoluta. Hacerlo explícito fue mérito del original movimiento estudiantil #Soy132 y Manifiesto de Enrique Peña Nieto.
¡Ya no somos aquella sociedad de 1968! ¡Tampoco la de 2006! ¡Que ni sueñen los nostálgicos de todos los colores! ¡Cualquier intento de regresión recibirá la implacable respuesta de una nueva ciudadanía! ¡No hay peor ciego que el que no quiere ver!
Este primero de Julio nació en Veracruz y en todo México una nueva ciudadanía que demanda una verdadera renovación de las instituciones del Estado Mexicano. Una ciudadanía que bajo formas no comprobables, con dádivas o promesas populistas fue objeto de soborno por todas las fuerzas políticas sin excepción y, no obstante, dio muestras de una madurez política extraordinaria e insobornable lo que causó sorpresa e incredulidad en ganadores, perdedores, analistas políticos y encuestadoras.
No nos cofundamos con las cifras del IFE. La mayor concurrencia de electores en la historia electoral, es mucho más que un referente estadístico, se trata de un hecho histórico trascendente porque implicó desafió miedos y cuando se desafían miedos, el ser crece, los pueblos crecen en estatura política y no vuelven a ser lo que fueron.
Resulta un hecho extraordinario en la historia electoral de México que precisamente en la sucesión mas difícil que se haya presentado, en condiciones de alta inseguridad con más de 50 mil asesinatos sangrientos e impunes, repito, al mismo tiempo se haya dado la afluencia mayor en las urnas, de toda la historia de jornadas electorales. Es para pensar y meditar en serio sobre lo que esto significa.
Fue el valor del cansancio de promesas incumplidas como conciencia crítica lo que llevó a los mexicanos a salir a votar, no la ambición ni la disputa por el poder entre los integrantes de un sistema de partidos que ya le queda chico a la sociedad. La exigencia generalizada es de cambio con certidumbre lo que lleva implícito su viabilidad a partir del acuerdo de todas las fuerzas políticas. Pero solo los que cambian pueden promover el cambio.
El viejo PRI o lo que quede de este, el viejo PAN y el viejo PRD con su multitud de fracciones, todos deben empezar por emprender su propia trasformación interna. Esta será parte de la lectura de nuestras circunstancias; quien no lo haga, jure que el nuevo ciudadano no le dará una nueva oportunidad.
Vivimos ya el principio del final del viejo régimen que en el 2000 se anunció, pero se pospuso con un muy alto costo para el país, más hoy ese costo sería mucho mayor al no colocar a México en el tiempo global. Nuestro país tiene una ubicación geoestratégica privilegiada y sumamente atractiva para los grandes bloques internacionales. Si hay gobiernos que ya se han pronunciado en reconocer el triunfo de EPN es porque les ruge ser parte del pastel que representa el futuro de la economía mexicana. Comentarios: romeo-gonzalez@hotmail.com
lunes, 9 de julio de 2012
Etiquetas:
Análisis
FERNANDO LÓPEZ ARIAS,
Escrito por:
Despertar a Tiempo
fecha: lunes, 9 de julio de 2012
9:57
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario