DESPARTAR
A TIEMPO
Romeo
González Medrano
La mula no era arisca,
Los palos
la hicieron
Con la próxima jornada electoral, más
vale prevenir que lamentar y para ello resulta oportuno tratar de leer las posibilidades reales de
comportamiento de los diversos actores.
No
se trata de creer o no creer en sus buenas intenciones sino de ubicar la
próxima jornada en el contexto real de un desarrollo político de México que nos
muestra un sistema político electoral estancado y rebasado por lo que se dice
que “hace fuerte a un país”, según versa el spot del IFE: o sea la
participación de sus ciudadanos.
De
una ciudadanía que maduró por su cuenta, que ya le queda grande a todos los
partidos políticos, tiene memoria, conciencia y juicio crítico procedente de la
desilusión de una alternancia sin transición democrática, agudizadas desigualdades
sociales y total incertidumbre sobre su futuro como nación.
LOPEZ
OBRADOR pide unos comicios limpios y
libres; los partidos confían en el IFE en caso de que haya un resultado
cerrado, son titulares de hoy en CNN.
En
Veracruz, Gerardo Buganza Secretario de Gobierno expresó hace unos días “El
Gobierno del Estado es respetuoso de los partidos políticos frente a los
comicios” y añadió se “brindará seguridad y garantías para que el proceso
electoral se realice en paz y tranquilidad” La instrucción del gobernador ha
sido muy precisa en el sentido de atender cualquier problema, por pequeño que
sea siempre llevando los conflictos a la mesa de diálogo.”.. “el día va a
terminar bien su jornada, nosotros con nuestra responsabilidad y ellos con la
suya”
Buena
es la expectativa del Gobierno del Estado
a través del responsable de la política interna. Sin embargo ante el próximo proceso electoral federal, Veracruz
no es inmune a factores conflictivos y, en cualquiera de las etapas de la próxima
jornada electoral, pueden suscitarse actos de anormalidad, producto de la
pasión o de acciones inducidas por desesperación, por aquello del mal perdedor
que acostumbra desacreditar en lugar de aceptar su derrota.
Para
Veracruz, se trata de una posibilidad real a pesar de la intensa campaña del
IFE, del comportamiento ciudadano ejemplar, las políticas de diálogo y
concertación plural y apertura del gobierno de Javier Duarte. En consecuencia, no
está de más ninguna medida preventiva que ayude a garantizar la transparencia,
la equidad, el orden y la legalidad de las elecciones; y sobre todo el
compromiso explícito de todos los partidos e instituciones participantes.
Recordemos
que en las elecciones de 2010 prevaleció la normalidad y que los incidentes o
irregularidades en Veracruz, que también los hubo, fueron menores. Llama la atención un balance
así tomando en cuenta que las elecciones
locales están cargadas de pasión además de presentar rostros, nombres y apellidos ya que en “la
aldea” todos se conocen.
En
Veracruz, por ejemplo, la diversidad de las preferencias electorales fue la
característica sobresaliente en los resultados las elecciones de 2010 lo que se
reflejó en la integración también plural de los ayuntamientos, la Legislatura
del Estado y en el perfil mismo de los que integran el gabinete del gobernador.
Esta
conformación, aunada a la capacidad de diálogo entre los diversos actores y
fuerzas organizadas ha permitido la gobernabilidad de la sociedad veracruzana
en una etapa particularmente adversa en el balance demandas sociales y
disponibilidad de recursos presupuestales. Por eso aunque incipiente, esta experiencia de gobernarse y cogobernar en la
pluralidad, hay que valorarla ante el presente y el futuro de Veracruz y de
México que definitivamente apunta hacia nuevas formas de coexistencia y cogobernabilidad
como ya quedó de manifiesto en la iniciativa de reforma de los Artículos 73, 76
y 89 de la Constitución para instrumentar gobiernos de coalición, presentada
por el Senador Manlio Fabio Beltrones el año pasado.
En resumen, de acuerdo a la
mas reciente experiencia electoral de los veracruzanos y a la transcurrida de
gobierno estatal y municipal en la pluralidad, hay razones para ser optimista
de lo que vendrá. Sin embargo, nadie se baña dos veces en el mismo río y las
elecciones en puerta, vienen cargadas de imponderables.
Veracruz
no es inmune a lo que pasa en el altiplano y, aunque se cuente con un
electorado responsable y vigilante del proceso, esa seguridad puede verse vulnerada
por el arribo de toda clase de expertos de trabajos electorales, provocadores
profesionales, compradores del voto disfrazados de manipuladores de bajas en
programas sociales como los recién aplicados en el estado, etc. procedentes de todos
lados. Incluso ya surgieron las primeras denuncias por el uso electoral del
Programa Oportunidades y para colmo procedentes de militantes del PAN.
Es
por ello que la expectativa trazada por el Gobierno del Estado, va a requerir
que se refrende, haga explicita y pública la postura comprometida y apegada a la
legalidad de todos los partidos políticos, organizaciones e instituciones
participantes en el próximo proceso.
Va
a ser necesario que los observadores acreditados como las redes sociales sean
oportunamente convocados a informar a las autoridades competentes de toda
manifestación de anormalidad o fraude que detecten. Solo con alta participación
eficazmente informada, orientada y convocada, es posible blindar el proceso
electoral para que se lleve a cabo en paz y dentro de la legalidad sin
necesidad de intervención de las fuerzas armadas.
Los candidatos y dirigentes
de los partidos deberían tener muy presente que en todas las encuestas, los
partidos políticos no han dejado de perder puntos de aceptación de parte de la
ciudadanía por lo que no está de más recordar a dirigentes y militantes que solo
quienes observen un comportamiento
legal, ejemplar y civilizado
podrán aspirar a una nueva oportunidad ante una ciudadanía, que en su
inmensa mayoría ni pertenece a partido alguno ni tiene la mejor impresión de estas
organizaciones.
Ciudadanos y ciudadanas de
Veracruz ya han dado muestras de civilidad y de extraordinaria madurez sin más
recompensa que el deber cumplido. Definitivamente les toca a los partidos, a sus candidatos y todos los representantes
de los partidos ante los organos electorales ponerse a la altura de esa
ciudadanía que aunque sea por la vía del rechazo llega el día en que castiga a
quienes le decepcionan. Además, ese día la prensa nacional e internacional
estará presente para dar testimonio ante la opinión internacional el grado de civilización al que hemos llegado
en realidad los mexicanos. Que no nos sorprenda la existencia de interesados en
demostrar que los mexicanos necesitamos
ser gobernados.
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