XALAPA(II)
Xalapa, como otras ciudades medias, hace
rato que van en picada en calidad de vida, advierten los recientes estudios del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) tremenda realidad que constatamos sus habitantes,
particularmente aquellos que conocimos lo que fue esta ciudad , hace 30 años.
Conclusiones como estas, suelen recibirse con asombro
porque caen sobre una especie de “embrujo mediático” generado por quienes han
sido sus gobernantes locales o estatales que cometen el grave error de asociar
la imagen de Xalapa con la de su gestión. El problema que tiene la publicidad
oficial es que cada vez es mas cara y a la vez menos eficaz en términos de
credibilidad e incluso, provocadora de más inconformidad. No se trata de criticar o defender la obra de los
gobernantes, o de saber si unos hicieron mucho
y otros poco. No es ese el
comparativo importante sino el de reconocer que mientras la obra de
gubernamental crece aritméticamente, las necesidades, demandas y los rezagos se
expanden geométricamente. Es, simplemente, la carrera de la tortuga y la
liebre. Hasta ahora, cualquier presupuesto resulta ridículo frente al déficit
de infraestructura y servicios acumulado, en crecimiento acelerado y fuera de
control.
Si partimos de la idea aristotélica que
define la política como el arte de lo posible, parte esencial de la tarea de
gobernar una ciudad como Xalapa debiera también entenderse como gestión audaz de posibilidades.
Esto
hace la diferencia entre un presidente municipal que se limita a administrar
sentadito la pobreza financiera de su administración y aquel que se sale de esa
área de confort, e invierte en buscar, explorar, detectar y aprovechar fuentes
de financiamiento y potencialidades de cambio, sean internas o externas de su
municipio.
En el mejor de los casos, el alcalde “sentadito” puede imponer el orden, la
transparencia y la rendición de cuentas y, jurídicamente ganarse el titulo de
“gobernante honesto” aunque la deuda publica heredada y la pobreza financiera
de su administración genere pobreza de resultados finales con la justificación
de que “hizo lo posible” con lo disponible o sea con los recursos
presupuestales que se le asignaron En tal caso, cualquiera que sea el partido
político de procedencia, se trata de alcaldes que jamás superarán la
mediocridad de su obra porque administran pero no gobiernan.
La
reflexión es necesaria y útil cuando se admite que para hacer frente a los rezagos de la magnitud que presenta un
municipio, exige de recursos mucho, pero mucho mayores. Como el caso de las
ciudades medias de Veracruz, estamos
hablando de miles de millones de pesos y de la necesidad de acudir a todas las
fuentes de financiamiento existentes.
Xalapa, la ciudad capital de los
veracruzanos, no solo es responsabilidad de su Ayuntamiento y sus habitantes,
también lo es de los Gobiernos Federal y del Estado y todo lo que estos inviertan o hagan en su
beneficio, no merece calificativos paternalistas sino simplemente parte del cumplimiento
de su corresponsabilidad jurídica, política y social.
Obvio decir que la reflexión es válida para
todos aquellos municipios que enfrentan
los retos de una conurbación intensa, grave y fuera de control del Estado
Mexicano.
En este contexto habría que ubicar un hecho
trascendente como el que se dio al semana pasada cuando alcalde Américo Zúñiga Martínez asumió la Vicepresidencia de la Asociación Nacional
de Municipios Metropolitanos; posición desde la cual tendrá la oportunidad de promover
una nueva visión de los problemas municipales, nuevas estrategias para
afrontarlos, acuerdos y una gestión financiera eficaz y moderna de medidas y
recursos, sin los cuales, es prácticamente imposible que la obra de los
gobiernos locales logre transformaciones
a la altura de la magnitud que hoy se requieren para mejorar la calidad
de vida para todos. Es insuficiente honestidad y eficiencia, cuando el déficit
de infraestructura social, de equipamiento urbano, y irregularidad de los
asentamientos humanos alcanza dimensiones como las que registra la Ciudad de las Flores.
Por ejemplo, ser la sede de los Tres
Poderes del Estado ha sido determinante en la intensificación del flujo
migratorio y sus consecuencias para la sustentabilidad de la ciudad. Fenómeno
que podría ser objeto de políticas de mitigación si el Congreso del Estado en
lugar de una creatividad legislativa reactiva y sexenal legislara con visión
urbanística y previsora de mediano y largo plazo y de lo que al parecer ya tomo conciencia el
gobierno federal.
LA ENFERMEDAD Y “EL REMEDIO”
La última palabra o nuevo instrumento de
política pública que para este fin creó el gobierno de Enrique Peña Nieto se
llama Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. La iniciativa de
reforma a la ley orgánica de la administración pública federal aprobada es mas
que clara:
"Tales contrastes poblacionales y de
suelo en el país tienen también su reflejo en la expansión de los centros de
población y por ende en la calidad de sus servicios y de las viviendas. En ese
sentido, es urgente conformar una instancia que se oriente a generar políticas
públicas respecto del mejor aprovechamiento del territorio, de la canalización
de las energías en al ámbito agrario y de la conformación de programas de
vanguardia que permitan definir criterios para lograr el armónico desarrollo
urbano de nuestras ciudades en expansión y áreas metropolitanas, con un enfoque
integral de infraestructuras, servicios, medio ambiente, viviendas y desarrollo
regional sustentable, con la debida coordinación entre los tres niveles de
gobierno....
"Con el propósito de contar con una
política integral que permita el ordenamiento permanente y debidamente
planificado del territorio nacional, se propone la creación de una nueva
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. La Secretaría tendría
como principal tarea impulsar, en coordinación con las autoridades estatales y
municipales, la planeación y el ordenamiento del territorio nacional para su
máximo aprovechamiento, con la formulación de políticas que armonicen el
crecimiento o surgimiento de asentamientos humanos; la regularización de la
propiedad agraria y sus diversas figuras que la ley respectiva reconoce en los
ejidos, las tierras ejidales, las comunidades, la pequeña propiedad agrícola,
ganadera y forestal, y los terrenos baldíos y nacionales; el desarrollo urbano
con criterios uniformes respecto de la planeación, control y crecimiento con
calidad de las ciudades y zonas metropolitanas del país y su respectiva
infraestructura de comunicaciones y de servicios, además de la planeación
habitacional, el desarrollo de vivienda y el aprovechamiento de las ventajas
productivas de las diversas regiones del país.....
"La creación de esta Secretaría
obedece también a la relevancia de generar un adecuado marco de políticas
públicas que establezca la debida planeación en lo que se refiere a la
distribución y ordenación territorial de los centros de población bajo
criterios de desarrollo sustentable, en forma coordinada con otras
dependencias, entidades y órdenes de gobierno. Asimismo, se propone que dicho
marco de políticas públicas prevea a nivel nacional las necesidades de tierra
para desarrollo urbano y vivienda, considerando la disponibilidad de agua
determinada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y que
regule, en coordinación con los gobiernos de las entidades federativas y
municipales, los mecanismos para satisfacer dichas necesidades. Además, se
buscará que facilite las acciones de coordinación de los entes públicos
responsables de la planeación urbana y metropolitana en las entidades
federativas y municipios y que proyecte y coordine, con la participación que
corresponda a los gobiernos de las entidades federativas y municipales, la
planeación regional del desarrollo, entre otras tareas requeridas para tal
efecto, con el involucramiento, en su caso, de los sectores social y
privado."
Mas claro no canta un gallo. Ahora lo que
hace falta es que la norma federal se cumpla y que, por el bien de Xalapa y al
región, el nuevo cargo del Presidente
Municipal de la capital veracruzana, se ejerza con audacia e imaginación y,
desde luego, cuente con el apoyo irrestricto y unánime de su Comuna.
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