miércoles, 15 de febrero de 2012

ELECTOR INDECISO

REFLEXIONES


DE UN ELECTOR INDECISO

ROMEO GONZALEZ MEDRANO

Es indeciso aquel que aún no sabe por quién va a votar el próximo 1° de Julio, no obstante ser la parte fundamental que definirá los resultados finales de la votación.

El indeciso pesa mucho cuando la única decisión que ha tomado, es que ese día acudirá a depositar su voto, con esposa e hijos o sin ellos y, bajo ninguna circunstancia faltará a ejercer un derecho y cumplir una obligación. Tres razones hay para suponer este será el comportamiento del indeciso:

a) Porque sabe que hasta ahora las sociedades no han inventado más que dos formas de elegir gobernantes: por la vía pacífica y legalmente establecida por imperfecta que sea y por la vía de la revolución armada dolorosa y de alto costo en vidas que tampoco ha impedido que los libertadores se conviertan en tiranos.

a) Porque está seguro que no ir a votar es caer en el juego de una fuerza poderosa aunque cobarde porque no da la cara pero que todos los días y por todos los medios trabaja para fomentar en el electorado el temor y el abstencionismo, un formula experimentada, calculada y eficaz de “hacer ganar” mañosamente a uno de los contendientes.

c) Porque sabe que votar le da más derecho a reclamar congruencia a quien resulte triunfador, no importa que el triunfador sea o no por quien haya votado.

¿Cómo se refiere a los candidatos un indeciso? No hay ni a quien irle, nos dice en el periódico Reforma Federico Reyes Heroles al tiempo que ofrece pruebas que demuestran virtudes, fortalezas y debilidades de Josefina, Peña Nieto y López Obrador.

Ante tales circunstancias, el indeciso en sus preferencias persiste porque sabe que es un autoengaño buscar al candidato providencial. Aprendió que, además de consenso y participación de la sociedad, un buen gobierno exige de demostrada capacidad de diálogo y concertación plural y que debe ser trabajo de equipo con expertos en la materia, no con improvisados que hay que estarlos cambiando cada año para satisfacer necesidades de una clase política en decadencia.

El indeciso es en el fondo un crítico e inconforme, difícil de convencer que aprendió que candidato ideal casi “mesías” para México, no existe aunque haya quien insista en adoptar ese papel y le quiera tratar como ingenuo que se le puede convencer con caritas sonrientes, seductoras o desplantes de pureza que en lugar de convencerle con una propuesta viable y pruebas de experiencia personal y partidista para gobernar, le muestra los trapos sucios del adversario.

El indeciso sabe que la pluralidad política es una realidad con la que, le guste o no, debe aprender a coexistir - se da hasta su mi familia- y por lo mismo está seguro que en todos los partidos hay mexicanos y mexicanas honestos y valiosos y también en todos hay ineptos para gobernar y corruptos de todos tamaños y que quien le presuma de lo contrario, es un demagogo.

Algunos indecisos me han dicho que observan cómo se tratan unos a otros pues estando seguros que los cambios profundos que tanto predican los candidatos, (como un nuevo Pacto Social o un Proyecto de Nación a largo plazo), no son realizables por una sola de las fuerza políticas organizadas y menos si no se cuenta con la participación consciente y organizada de toda la sociedad, hecho por el cual piensa que todos merecemos respeto, y tolerancia creativa por la vía del acuerdo plural y, hasta ahora, ningún partido o candidato ha mostrado esa cultura y esa visión de estado ni ha dicho a que esté dispuesto a negociar y acordar con la otras fuerzas lo que únicamente entre todas es realizable.

El indeciso se resiste a definir su preferencia porque ningún precandidato ni partido ha manifestado estar dispuestos a pactar las grandes reformas que le urgen a México ANTES DE LAS ELECCIONES, tampoco disposición para colocar esas reformas en primer plano e inmediatamente después del 1° de Julio y razona: si ningún candidato está dispuesto a suscribir un acuerdo anticipado de las reformas que hacen falta, los mexicanos volveremos a tener un Congreso como el anterior, o sea la misma gata solo que revolcada pues volverá a anteponerse la ambición de continuidad en el poder colocando la reforma electoral antes que las demás. O sea, demostraran que no les importa el cambio sino quien lo conduce.

El indeciso no espera que haya un bando en donde solo haya trapos limpios; está seguro que en todos hay limpios y sucios. En cambio es indeciso porque espera a ver cuál es el ingenuo que en lugar de convencerle con propuestas, arroja la primera piedra y lo trata de convencer que el corrupto es el otro. La sabiduría popular dice dime de qué presumes y te diré de qué careces.

Existen indecisos porque hasta ahora nadie les han proporcionado suficiente información para dejar de serlo y las precampañas han sido superficiales y todos dicen tener los mismos objetivos pero ninguno ha dicho cómo espera alcanzarlos y la experiencia le ha demostrado que aquel que sólo dice el qué y no dice el cómo, muestra voluntad y compromiso exigible, o es un ignorante e inepto, o es un mentiroso y demagogo.

El indeciso persiste en serlo porque no cree en los todopoderosos y está seguro que su voto no debe ser para quien quiera gobernar solo y en forma excluyente, ya vio que eso no conduce a nada bueno. Por lo tanto está observando el comportamiento de candidatos y partidos para ver cuál de ellos, además de su propuesta de gobierno, demuestra la madurez y disposición a cogobernar con los demás.

Candidato, propuesta programática, comportamiento ante las otras fuerzas y sus candidatos, disposición a suscribir compromisos claros y precisos, capacidad de la fuerza organizada que lo respalda, calidad y capacidad de sus posibles colaboradores, son algunos de los factores que lo pueden sacar de la indecisión. Espero despertar a tiempo. http://www.despertaratiempo.blogspot.com/







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