Conmocionado me sentí por las palabras de la Regidora Consuelo Ocampo: Me provocó el recuerdo de hechos imborrables conmemorados año con año aun hoy después de medio siglo. Dolió y mucho entonces, dolieron después Acteal, Atenco, Ayotzinapa y aún sigue doliendo tanta violencia e impunidad. Los recuerdos dolorosos son imborrables porque están vivos y son irrenunciables los sueños perseguidos y cuando los golpes a la libertad de expresión te han vuelto desconfiado y cauteloso, celebras el despertar de millones de seres pero no dejas de temer que los sueños se nos escapen de las manos. Ya tuve el privilegio de lo vivido y pese a la duda y la confusión espero en vida estar presente al menos en los primeros pasos de la regeneración a cargo de los imprescindibles, los que persisten, los que no se rinden, los que no simulan y siguen congruentes en la accion a ras de suelo escribiendo la página que se habrá de recordar 50 años después. Gracias Maestra Consuelo
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