Hay problemas tan complejos
que las autoridades prefieren sacarles la vuelta, darles “una manita de gato”,
ponerles un parchecito, dales a los afectados una aspirina, y endosarlos a
nuevas autoridades. Desde antes de arribar al poder, nuestros representantes
generalmente eligen la prioridad de realizar acciones que garanticen el
siguiente cargo. El criterio prevaleciente no es el de la rentabilidad social
sino electoral. Nadie escapa a esa tentación. Sería un descaro que con la
administración municipal de 4 años no se frenara un poco esa adicción de la
clase política de todos colores.
Durante varias administraciones, este ha sido el caso de
la movilidad de Xalapa, la capital de todos los veracruzanos, la sede de los Tres
Poderes del Estado, la Atenas Veracruzana, la ciudad administrativa, el polo
del conocimiento y la cultura, entre otras calificaciones recibidas.
En este caso, como el de otras tantas ciudades medias conurbadas
en las que por su número Veracruz destaca a nivel nacional, la ciudad capital
evidentemente ha sido rebasada por el crecimiento de la población ya que
durante varias décadas la inversión pública de los tres órdenes de gobierno ha
sido insuficiente para responder a las necesidades del crecimiento urbano. La
planeación es letra muerta.
En Veracruz como en todas las entidades del país, el
Estado Mexicano siempre ha caminado atrás de la mancha urbana y todo lo que eso
implica. Al parecer, el gobierno federal que empieza tiene claro el grave
predicamento en el que está metido con esa dinámica de la administración pública
siempre deficitaria no solo frente a la
demanda de servicios sino también ineficaz ante la responsabilidad de garantizar el orden
y la legalidad en todas las actividades de la comunidad.
Habrá que darle
seguimiento a lo que se derive de la reforma a la Ley Orgánica de la
Administración Federal que creó la nueva Secretaria de Desarrollo Agrario,
Territorial y Urbano y cuyo segundo de abordo, Gustavo Cárdenas Monroy nos
visitó esta semana para ocuparse con el Secretario de Gobierno Gerardo Buganza de
la punta de la madeja: el problema agrario.
Le sigue el de reserva territorial y vivienda, atribución de la misma
dependencia.
Mientras tanto, faltan espacios, y se utilizan las calles
y las banquetas para estacionarse; no hay señalamientos y se abusa de la
velocidad, faltan reservas y se alienta la desesperación y la invasión de lotes;
no vemos una grúa y nos estacionamos en doble fila, no nos ve nadie al pegarle
a otro automóvil y nos hacemos los occisos o nos pasamos un alto. Me consta que
hay ciudades – no de México- en donde el peatón tiene preferencia, nada que ver
con Xalapa dominada por el salvajismo de
conductores neuróticos e irresponsables. Da la impresión que la ciudad es propiedad exclusiva de conductores de
vehículos: Impunidad, falta de autoridad, ciudad sin ley eso parecen las
calles de Xalapa y sobre todo en el primer cuadro.
¿A qué autoridad hay que demandar por el incumplimiento
de su responsabilidad de no hacer cumplir el reglamento de tránsito?
Siempre
son dos o más los infractores, el ciudadano y la autoridad que lo permite. Si
la denuncia con fotografía vía celular se premiara con pago de tiempo aire,
habría verdadera y sobrada vigilancia ciudadana y contraloría social y no su
remedo.
¿Con qué derecho se utiliza la
vía pública para usufructo particular? ¿Por qué no se establece el refrendo del
examen de manejo para otorgar licencias?
¿Qué nos dicen los doctores en derecho
en torno a esta violación del espacio público?
¿Qué tiene que decir el ORFIS y
la Contraloría del Estado por las faltas administrativas y/o actos delictivos
en que incurren por omisión los funcionarios que permiten el uso particular del espacio público construido
con los impuestos de todos?
Se abre una esperanza con el anunciado Programa de
Movilidad Urbana, aunque sea presionados
por la proximidad de los Juegos Centroamericanos.
La acción es integral,
comprende cambios de sentido de calles, construcción
de glorietas, instalación de semáforos inteligentes y se limitará el transporte
al centro de la capital, equipamiento de paradas y un reordenamiento general de
la vialidad.
Una vez más se podrá a prueba la capacidad de dialogo
incluyente y la negociación y concertación
de acuerdos entre la multitud de actores que confluyen a esta
problemática.
Con este Programa es posible que la gobernabilidad se vea fortalecida por la gobernanza y por la buena
disposición de ciudadanos y
organizaciones para hacer viables las
medidas que se adopten a raíz de este Programa.
Eficazmente, la cultura de la legalidad sólo puede
promoverse con el ejemplo. Lo he dicho en otros artículos: Xalapa tiene
solución. Para eso habrá que poner en caja de cristal todas las medidas y las reacciones a fin de
que disimulados, nadadores de a muertito y doble cara y cómplices no pesen
demasiado.
Por ejemplo 65% de
propietarios de vehículos no realizan verificación vehicular y 100% del
transporte urbano y suburbano tampoco según lo declaró recientemente Antonio López Rosas,
integrante del Consejo Estatal de la Alianza Veracruzana de Centros de
Verificación Vehicular A.C
También en caja de cristal hay que poner a todas las
dependencias involucradas ya que la falta de cultura de equipo es crónica entre funcionarios y en cambio el protagonismo
politiquero es endémico. A su vez, y mediante una campaña inteligente, será
necesario apelar al máximo de conciencia
ciudadana posible, después de todo,
aunque revueltos, no somos iguales pero vivimos bajo el mismo techo.
Xalapa será lo que todos hagamos de ella.
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