Que me disculpen todos los
que no piensan igual pero cada día y cada vez con más claridad y contundencia, en
el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador veo yo al ser humano,
al líder y al estadista, congruente en su sentir, pensar y actuar y por ende
con autoridad moral y creciente credibilidad, tanto nacional como internacional.
No sé de ningún otro presidente
que haya recorrido todo el territorio, que conozca mejor al pueblo en toda su
diversidad social, política y económica, multiétnica y pluricultural, a todas las
izquierdas y derechas, a los servidores públicos, a los diversos sindicalismos,
a la clase política del viejo régimen y al elefante enfermo y echado que nos dejó.
En el lapso que lleva al frente
de las instituciones, y ante cada circunstancia afrontada, AMLO ha dado
muestras de que es el gobernante que México requiere para salir del abismo y
transitar del derrotado e insepulto régimen político y económico neoliberal, al
nacimiento de un nuevo régimen democrático y popular que, por la vía pacífica y
legal, continúe avanzando en el destierro de la corrupción y en las tareas de
la plena regeneración de las instituciones del Estado Social y de Derecho.
Una hazaña de esta
naturaleza no es ni puede ser obra de un solo hombre. Pensar que siempre ha estado claro y lo ha
dicho y reiterado muchas veces el propio en presidente. Respecto a este tema, cabe recordar el que fue
mensaje de su campaña y en el presente y en el futuro inmediato y mediato cobra
vigencia como la única y eficaz estrategia política de gobierno imprescindible
en un gobierno democrático, me refiero a
#juntosharemoshistoria. De tesis convocante de campaña, pasó a
ser estrategia política necesariamente transversal a todas las políticas públicas
abiertas a la más amplia participación ciudadana en todas las tareas de la IVT. Congruente con esta estrategia ha sido la
tenaz labor comunicativa y de movilidad territorial del presidente. A su vez,
la política de comunicación social paso de ser de dispendio, corrupción y
cuidado de imagen del viejo régimen a comunicación republicana para la participación.
Se rompió con protocolos autoritarios, se transparenta uso de recursos y se crean
consensos. Con la nueva comunicación, en buena medida, no cabe duda que el
presidente asume parte del papel que le corresponde a Morena y a la coalición
de fuerzas que lo llevaron al triunfo electoral en 2018. Lamentablemente el
sistema de partidos políticos de México no está a la altura del despertar de la
conciencia del pueblo y menos a la altura de las grandes transformaciones que
de cara al Siglo XXI le aguardan a México. En resumen, la transformación de los
partidos políticos es una asignatura pendiente para la que no disponen de
tiempo las cúpulas ya que les dan prioridad a los preparativos electorales. En
general, no hay avances democráticos al interior de los partidos, tampoco destaca
su presencia en el debate plural de los grandes problemas nacionales y menos se
ocupan de su contribución al desarrollo de una cultura cívica democrática como
se los impone la ley. Eso si, como el INE ya cultivan su imagen en televisión y
se niegan a compartir recursos para la salud pública. Lamentablemente en el horizonte publico tampoco
se aprecia, como en otros tiempos, una presencia creativa y critica del sector
académico del país ya que los que cobran por investigar, pensar ya
analizar los grandes problemas nacionales, salvo honrosas excepciones, parecen mediatizados
como si los hubiera traumado estafa maestra.
No obstante, antes, durante
y después de lo que resulte de la pandemia, con los ajustes tácticos a que se
vea obligado, el ejercicio del poder del presidente apunta en la misma
dirección en la que siempre se lo ha planteado: sentar las bases
institucionales y de organización económica, política y social que hagan posible
la construcción de un modelo económico, multicultural y alternativo de nación, sustentado
en valores éticos, solidarios, más humano y más libre en el cual coexistan
diversos modos de pensar, de ser y de producción. El saldo económico de la
pandemia y su impacto en las relaciones sociales, lejos de modificar esa ruta no
hará sino reafirmar y profundizar su pertinencia y de la estrategia de cambio,
hoy por hoy enriquecida gracias a las extraordinarias experiencias vividas por
cada persona, cada familia, cada comunidad.
Para desmentido de la
crítica que seguramente adjetivará de “mesiánica” esta visión del capitán del
barco, agrego un ingrediente considerado clásico e imprescindible por la ciencia
política e, invariablemente registrado por la misma historia del estado moderno:
el éxito en la construcción del proyecto de cambio por el que votamos 30
millones de electores depende, entre otros factores de a). El peso específico
que en todo el país alcance el consenso y la correlación política de fuerzas
que lo respaldan y lo refrenden en las elecciones de 2021 y b)De lo favorable o
desfavorable para México de las circunstancias geopolíticas en el escenario
internacional; un poderoso factor que siempre estuvo presente en el momento de
la primera, la segunda y la tercera transformación e igualmente lo está hoy por
lo que el análisis y la perspectiva de la IV Transformación ha de desbrozarse
considerando el curso que tome el reordenamiento geoeconómico mundial y, desde
luego, el escenario político latinoamericano dado que la estrategia de la derecha
y fuerzas afines, aunque opera por país o región, su trazado es de carácter
continental.
Hechas estas aclaraciones, a
AMLO la derecha colonizada lo califica de “populista”, “procomunista”, y hasta
neoliberal. Siempre ha sido mas fácil encasillar y adjetivar al adversario que
sostener una dialogo respetuoso que permita conocerlo. La derecha y la
ultraderecha nacional e internacional es incapaz de reconocer que la crisis es civilizatoria
y de la humanidad que hoy se encuentra en plena búsqueda de nuevos paradigmas
de convivencia y de relación con el planeta. Bruno Latour “La modernidad está acabada”, LA ESFERA DE PAPEL. ELENA
Pita, Barcelona , 19/2/2019. Tendencias, Judith Butler, en SOPA DE WUHAN, 3/4/2020.
Holanda, Manifiesto de 170 Académicos, Chile
Okulto, Prensa Independiente.
El presidente de México
sabe muy bien en qué momento de la historia le tocó gobernar, en dónde esta la
nación como parte de la civilización, y qué tramo del camino le queda por
recorrer al frente de las instituciones del Estado mexicano apoyado por un
equipo del mas alto nivel. Se planteó AMLO como meta sentar las bases de la IV
y de su irreversibilidad, y en eso están todos los días, desde las 6 de la
mañana.
Reaccionaria, ignorante, soberbia
y ciega es la derecha mexicana y la ultraderecha cuando vomita toda clase de
adjetivos en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador al mismo tiempo
que auspicia labor de zapa o de comején del barco. Tiene aun el dinero publico
mal habido con el cual financiar sus actividades revanchistas ilegitimas porque
lo legal seria que respetaran el orden constitucional y se prepararan para la próxima
contienda electoral.
Tiene razón Epigmenio
Ibarra al decir que nunca un presidente de la República fue objeto de tanta
guerra sucia. La derecha tiene rabia y es toxica ponerle tanta atención. Ni siquiera a presidentes asesinos, ladrones y
vende patrias atacó tanto. A presidentes y ex presidentes multi asesinos,
ladrones y vende patrias, la derecha les otorgó silencio cómplice, contubernio
y trato de “benefactores”.
Ya sé que me calificarán de
“enamorado” como un adolescente que ve lo que quiere ver. Allá ellos. Llevo en
mi vida con más de 70 años, el recuerdo del perfil de muchos ex presidentes, estudié
Ciencias Políticas en la UNAM y me recibí con mención honorífica por fundamentar
cuestionamientos del entonces presidente José López Portillo. Toda mi
vida he dedicado tiempo al análisis crítico y en particular al estudio del discurso
político de presidentes de la República. Mis opiniones y comentarios, correctos
o incorrectos, acertados o equivocados están publicados en miles de artículos y
notas. Con esto solo trato de deslindarme de los oportunistas y advenedizos,
comentócratas, que se mal acostumbraron a moldear sus lisonjas cada seis años y
esta vez, ya no poder hacerlo, sufren el dolor de un gobierno austero que casi
desapareció el multimillonario gasto en publicidad.
No tiene caso, ni vale la
pena, detenerse en tanto adjetivo en contra del presidente. Pero hay unos que
de plano dan risa porque abusan de ignorancia, no ofrecen pruebas y ofenden a
los que han despertado. Me refiero a los que auguran que “el viejo ya se acabó,
que está chocheando, que no sabe lo que dice, que está dañado de sus facultades
mentales”, y paradójicamente, esto dicen al mismo tiempo que el reciente
diálogo del presidente Andrés con los presidentes de EU, China y Rusia y demás
del G20, sirvió de base al brillante mexicano, Dr. Ramón de la Fuente - actual
representante de México en la ONU- que convirtió el pensamiento presidencial,
en la voz de más de 197 países que suscribieron las tesis solidarias y
antineoliberales, que pugnan por evitar que el combate contra la pandemia
sucumba ante el egoísmo, la especulación y la voracidad internacional de
gobiernos o de mega corporaciones de la industria farmacéutica.
Me da risa tanta estupidez
dicha en redes y prensa vendida (así la bautizamos la generación del 68) cuando
ve cansancio en la mente más lúcida que jamás tuvimos en un
presidente, quién procura
recursos para la salud de los mexicanos, recortando el gasto corriente en altos
salarios, reorganizando estructuras y que convoca a los servidores públicos a
guiarse con honestidad y mística de servicio.
¿Ya se nos olvidó que, con
excepción de algunos cambios de forma, los cientos de miles de trabajadores al
servicio del estado, somos los mismos que dejó el viejo régimen? Una burocracia
y clase política que por décadas se formó en la cultura del influyentísimo, paternalista,
jerárquica, de nepotismo, patrimonialista, de todos colores y sabores, desde
luego con sus excepciones, que han sobrevivido con valores éticos y de
servicio. No se salvan del diagnóstico ni las burocracias federales, ni las
estatales, ni las municipales y menos las del sindicalismo oficialista.
¿Sabe usted qué significa
para los sobrevivientes de esa cultura burocrática el pensamiento del
presidente Andrés? Significa una advertencia y una oportunidad histórica
de cambio. Significa no más gobierno caro para pueblo pobre; no más argucias
neoliberales que dicen “degradar” el talento profesional porque se recortan los
súper sueldos de 200, 500 y hasta 700 mil pesos mensuales.
Ni modo, le llegó la hora al
neoliberalismo de afuera y adentro de las dependencias, empezando por la SHCP.
La IVT los tiene en la mira. Y ésta se guía por el pensamiento lúcido y joven
de quien conoce las entrañas del elefante (por no decir el monstruo) y conoce
las del pueblo. Un pueblo cada día más despierto y agudo en su conciencia
política y que es garantía de la transformación irreversible que apenas
empieza.
Tenemos guía para rato. Lo
dicen las decisiones y los resultados, jamás en la historia del estado mexicano
se destinaron tantos recursos públicos para los más pobres. Jamás en la
historia se combatió así la corrupción. Jamás se cuestionó el crecimiento sin
desarrollo. Jamás existió un presidente que se negara a aceptar millones de dólares
para que con deuda se socializaran perdidas y se privatizaran ganancias. Jamás existió
un presidente de la republica que respetara la libertad de expresión y de manifestación
tanto de adversarios como de barbajanes,
provocadores y mercenarios de marchas y plantones. Y jamás se condujo la
reinserción de México en el mundo, con dignidad y en el filo de la navaja. Que
ladren los perros, Sancho, eso significa que vamos cabalgando.
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