Buganza y el Puente Coatzacoalcos

DESPERTAR A TIEMPO

Romeo González Medrano

Buganza y el Puente Coatzacoalcos

Que el Secretario Buganza acabó con este negocio, se dice. Si lo hizo, fue porque no era legal y en todo caso lo hizo por la vía del derecho. De no haber actuado así, hubiera caído en complicidad. O sea, cumplió con su deber y punto. Quien conoce un poquito al funcionario sabe que no es de cacaraquear, solo de informar y sin muchos reflectores o sea a lo que otros son adictos y más en temporada preelectoral. Si su jefe no lo cacareó intensamente, puede tener varios significados.

Sin embargo, cumplir no es un mérito extraordinario, es lo menos que esperan los veracruzanos de todos sus servidores públicos. Si hubiera más funcionarios que cumplieran así sus responsabilidades y lo hicieran  apegados a derecho como GBS, otro gallo nos cantaría.

Claro, como estamos tan acostumbrados a que muchos no cumplan y pasen por los cargos y las nóminas sin pena ni gloria, no falta quien opine que debería festinarse con bombo y platillo la recuperación de la administración del puente Coatzacoalcos.  Repito, cumplió con su deber. 

Por lo que se refiere al manejo de la noticia quizá fue la prudencia lo que prevaleció  en los operadores de la comunicación oficial y lo digo por dos razones: festinarlo mucho habría hecho más evidente la anomalía que contra el patrimonio del Estado se cometió y queprevaleció un buen tiempo. Y, segundo, el festín habría dado lugar a otras interrogantes, por ejemplo, 

¿quiénes fueron los beneficiados ilegalmente?  

¿Se recuperaron los recursos ilegalmente desviados a un fideicomiso privado? ¿Cuál es el monto a reintegrar al erario público? 

¿Quiénes fueron los funcionarios estatales que lo permitieron y cuál es el castigo que les corresponde a ambos?

¿Qué pasa con los demás casos pendientes de esa secretaria?

¿Cómo esperan las autoridades fiscalizadoras combatir la corrupción si no se llevan los procesos hasta sus últimas consecuencias?

Por último, y para rematar, no hay que olvidar que el combate a la corrupción es una obligación del Estado, un compromiso del Presidente Enrique Peña Nieto, que sigue pendiente o empantanado y que compromete a todos los gobiernos estatales. Es una responsabilidad que exige voluntad política, nada que ver con quijotes o héroes, o la hay o no la hay y los rasguños al cáncer de México son eso, rasguños de temporada. No es el primer puente con preguntas sin contestar.