lunes, 26 de mayo de 2014

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EL PODER DE UN PRESIDENTE MUNICIPAL (II)










Cuando se toma la protesta de ley, los Presidentes Municipales entrantes debe contestar “Sí Protesto” a la pregunta expresa de si están dispuestos a cumplir con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de esta emanen....”

La pregunta que nadie se le ocurre hacer es si pueden cumplir y hacer cumplir .  Está tan deteriorado el Estado de Derecho en México que la toma de protesta cada vez se vuelve un protocolo vacío.
      




N o vayamos tan lejos, veamos nuestra vida cotidiana. Calles y avenidas de Xalapa siendo propiedad pública están ilegalmente utilizadas por particulares; habiéndose construido con el erario publico para todos, se han apropiado de ellas unos cuantos. ¿tiene un Presidente Municipal el poder para meter al orden a los propietarios de 150 o 200 mil vehículos que han hecho de Xalapa un megaestacionamiento?

Pongo otro ejemplo, los ciudadanos tenemos el derecho constitucional de vivir en un ambiente saludable. “Articulo 8.- Los habitantes del estado tienen derecho a vivir y crecer en un ambiente saludable, ecológicamente equilibrado y sustentable, para su bienestar y desarrollo humano”. ¿Y cuál es la realidad  en Xalapa de ese derecho? Es constantemente pisoteado por mafias que controlan la Dirección de Limpia Publica. Otra más, tenemos los ciudadanos el derecho al agua potable y volvemos a lo mismo, el organismo operador esta quebrado financieramente por los manejos del pasado y ni ORFIS ni la Contraloría del Estado dice nada. Tenemos derecho a respirar aire no contaminado pero la autoridad municipal carece de poder en materia de tránsito y verificación por lo que no puede hacer nada frente a las mafias del transporte publico de pasajeros, dueños de las chimeneas insalubres que trasportan a la población. 

Sin embargo, no nos detenemos a pensar que la fuerza política de un Presidente- o sea la que conjuga todo, no se inventa ni se adquiere de la noche a la mañana. Si el Presidente decide  respetar el derecho  ciudadano a una vida con calidad ambiental y despide a los 500 trabajadores de limpia pública, estos al día siguiente le toman el Palacio Municipal, bloquean las calles y  exigirán liquidación millonaria, reinstalación en el puesto y aumento de sueldo. El escandalo puede tener alcance nacional  o internacional. El Estado Mexicano ha decidido doblar las manos en la mayoría de los casos para no ser acusado de represor de las libertades democráticas. Desgraciadamente el ejercicio de estas también es opaco lo que dado lugar a la proliferación de grupos y liderazgos y a una gobernabilidad agotada.

Seria bueno saber cuántos de los más de 600 mil habitantes que vivimos en Xalapa acudiríamos a una concentración masiva en el Parque Juárez para exigirle al Presidente Municipal y a todo  el Cabildo que aplique la ley a deshonestos, desleales, ineficaces, irresponsables y abusivos trabajadores de la limpia publica y los ponga en el lugar que les corresponde. 


Recuerdo la experiencia de la construcción del  Puente de 20 de noviembre en Xalapa; la obra se incrementó mucho en sus costos por retrasos ocasionados por 10 o 12 familias que apoyadas por otras organizaciones bloqueaban constantemente  la circulación para negarse a su reubicación y demandar millonarias liquidaciones por sus casitas o cuartitos. Los  “compradores de protestas” pronto encontraron motivo en esto para movilizar a los medios, lanzar denuncias internacionales de atropello de derechos humanos a la vivienda, y no se cuantos otros disparates. Yo era asesor de Porfirio Serrano en el gobierno de Miguel Alemán y por eso tuve la oportunidad de vivir esa experiencia y conocer la verdad. Se decía que las familias afectadas eran manipuladas por algunos colaboradores del mismo gobernador del estado. No es novedad decir que la  protesta social se pervierte, se mezcla con luchas politiqueras de acelerados y  desesperados por “dar el brinco” y a la ciudadanía se le pretende hacer creer que toda protesta siempre es por justicia negada. Ja ja ja .  

Definitivamente un presidente  puede tener atribuciones, recursos financieros, equipo eficaz y honesto de colaboradores, etc. pero si carece del consenso y la fuerza política que proviene de una sociedad civil fuerte, aliada y organizada, critica, participativa, resulta suicida tomar decisiones que impliquen afectar intereses mafiosos que tienen secuestrada la administración municipal desde mucho antes de que arribara al cargo un nuevo Presidente Municipal. 

Además de las cualidades de líder - que en el caso de Américo Zúñiga y otros, se tienen, -  el poder real de un Presidente Municipal es muy, pero muy, relativo  y más ahora que parece que vivimos una nueva versión de retorno del centralismo lo que significa que un alcalde bien posicionado es aquel que tenga bien puestos sus bonos en el gobierno federal. De hecho quienes trabajan en serio y con muy buenos resultados se apoyan en gestiones y recursos directos concertados como es el caso del dinámico Pepe Yunes Senador y amigo del Titular de la Secretaría de Hacienda.


En resumen, el poder de un Presidente Municipal y la voluntad política manifieste es un asunto mucho mas  complejo que las virtudes y cualidades personales.





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