INTELIGENCIA SOCIAL,
DETERMINANTE PARA LA SEGURIDAD PÚBLICA
El derecho a la
seguridad de las personas y sus bienes es una responsabilidad fundamental del
Estado Mexicano, sin embargo cumplir con eficacia no solo es asunto de
estrategias de coordinación, de armamento, capacitación, profesionalización y
especialización de las corporaciones policiacas. En las condiciones actuales,
ninguna política de seguridad pública es
capaz de garantizar eficacia si no cuenta
con la disposición y colaboración de los
ciudadanos y sus organizaciones destacando las redes sociales. En países como
Estados Unidos, la colaboración ciudadana es condición de éxito. Un ejemplo reciente lo vimos en la localización y detención del
segundo de los terroristas de Boston. Para el FBI fue especialmente importante
la información de personas que tomaron y compartieron fotos y videos. Desgraciadamente en México esa colaboración no
sea da y uno de los factores que lo impiden, es la impunidad de que gozan los
delincuentes.
En Veracruz, qué bueno que haya acciones que buscan
fortalecer los lazos de colaboración con la Policía Estatal como dice un
boletín de prensa: “mediante recorridos con platicas en los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán,
Cosoleacaque, Nanchital y Acayucan visitando
negocios y comercios para instruir sobre prevención del delito, orientar sobre
el uso correcto de las líneas de emergencia 066 y de denuncia anónima 089, así
como dar información para reaccionar correctamente ante extorsiones telefónicas”.
Sin
embargo como se lo expresé al mismo Director de la Policía Federal, Mtro.
Enrique F. Galindo Ceballos, en ocasión
de su conferencia en el Colegio de Veracruz – y al parecer él estuvo de acuerdo
- no hay razón para esperar una respuesta entusiasta y participativa de la
inteligencia social de los mexicanos si la autoridad competente no se ha ganado el respeto, la
confianza y la autoridad moral. No hay otro
camino para ocupar este lugar en el
ánimo ciudadano que la congruencia, el sometimiento a la ley de todos los actos,
empezando por los de las autoridades.
La
impunidad siempre tiene dos actores, el delincuente y la autoridad que no cumple
ni hace cumplir la ley. Por su importancia testimonial la protección al ciudadano informante, debe
revisarse y ampliarse porque nadie,
absolutamente nadie llega primero al lugar de los hechos que los ciudadanos
presentes, luego llegan los servicios de auxilio y al final, las autoridades,
la prensa y estudiosos “en la materia”.
Muchas
veces se ha dicho que la mayor parte de los delitos que se comenten en México (90%) no se
denuncian, y que “no hay Cultura de la denuncia” ¿y quién va a hacerlo si no hay confianza en
las instituciones encargadas de la seguridad
y la justicia?
¿Cuántos
servidores públicos de los tres órdenes de gobierno son ejemplo de honestidad,
austeridad, responsabilidad, transparencia y estricta actuación con apego a derecho? ¿Cuántos
de ellos son ejemplo de institucionalidad y no de ambiciosos proyectos personales?
Se cuentan con los dedos de la mano, como decían nuestros sabios abuelitos.
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