Soy de los que piensan y creen de la misma manera en eso de opinar sobre la
rendición de cuentas, y que en parte eso es un INFORME DE GOBIERNO.
La mejor opinión, es la del simple ciudadano.
Opinar, emitir juicios de valor siendo empleado del servicio publico,
quiérase o no, afecta la objetividad con riesgo de incurrir en autoelogio que
en voz propia, es vituperio. Esto es lo que con frecuencia me recuerda mi amiga
Leonor de la Miyar, empresaria de la construcción, del periodismo y destacada
ex titular de la hoy SEDESOL.
En varios de mis artículos he analizado y considerado lo costosas e
inútiles que son las comparecencias de los funcionarios ante las respectivas
Comisiones de la Legislatura . La asimetría crónica de información y
conocimiento entre dos poderes, definitivamente determina la eficacia y la
productividad de un ejercicio que por ser de esencia republicana debiera ser
altamente eficaz y trascendente para el mejoramiento de la función publica-
ejecutiva y legislativa- pero desagraciadamente no lo es.
Por estas consideraciones criticas, me propuse no escribir mas sobre
las comparecencias de los funcionarios. No obstante, por encima de una postura
personal está el deber ético de externar puntos de vista sobre temas que son
aguijones de la conciencia, me refiero a la pobreza y la marginación en que aun
viven muchos mexicanos. Parece que no hemos reflexionado lo suficiente sobre lo
que hace un gobierno y lo que podría hacer aún mejor.
Analicé la comparecencia de un servidor publico de reconocida experiencia
en eso de la obra social y más tratándose de la realizada con participación de
los beneficiarios, me refiero a Marcelo Montiel Secretario de SEDESOL.
Son evidentes los logros alcanzados, en parte gracias a la sacudida
de practicas burocráticas . Un estilo de introducir cambios en la ejecución de
políticas públicas que conozco desde tiempos de Jorge de la Vega Domínguez al
frente de lo que fue el mas poderoso instrumento regulador del mercado de
productos básicos , la CONASUPO. Recuerdo que vivía en ciudad Cuauhtémoc y me
correspondía ser parte de estas estrategias de cambio precisamente en la Sierra
Tarahumara.
Desmantelados los instrumentos del estado benefactor, y, de acuerdo a las
investigaciones de la COMISION NACIONAL DE EVALUACION DE LA POLITICA SOCIAL,
(CONEVAL) en términos absoluto se ha incrementado el numero de pobres. En ese
contexto rendir cuentas reconocer en su justa dimensión los logros alcanzados
por una administración estatal es un recurso útil a la legitimación política
pero a todas luces insuficiente para responder ética y profesionalmente
ante la dimensión real que han alcanzado las necesidades. Es esta una
perspectiva que convoca a tomar como referente de evaluación, no de los logros
alcanzados sino en su relación con los objetivos y criterios de la estrategia
inicial, antítesis conceptual del Programa Oportunidades, me refiero a
ADELANTE.
No olvidemos que fue en Veracruz donde el entonces candidato y hoy
presidente electo se comprometió fortalecer el Programa Oportunidades. A este
respecto y, más allá de las comprensibles sutilizas táctico - electoral
que llevaron a acotar los términos de este compromiso, se encuentra una
realidad que evidencia que la pobreza persiste, se ha incrementado en
términos absolutos y exige un replanteamiento integral de la política social y
aun de la económica ( para recordar la reflexión del diputado por Perote y hoy
Senador por Veracruz José F. Yunes Zorrilla) Se trata de una exigencia
consensuada por todas las fuerzas políticas, por la anterior legislatura
federal y, si no está afectada de amnesia, también por la actual. O
sea, no solo se trata de una remozadita a las reglas de operación de los
programas sociales, tendrá que ser mucho más que la continuidad ineficaz e
insustentable financieramente
Dado ese consenso y en vísperas de una nueva alternancia, no procede ni
reversa ni continuidad sino el NUEVO RUMBO también anunciado y comprometido por
EPN.
Se comprende que sea complejo y que requiera sus tiempos el diseñar y
ejecutar la nueva orientación de los instrumentos de las políticas publicas del
próximo régimen.
Solo que EPN toma las riendas después de dos años de la administración
estatal de Javier Duarte de Ochoa. Por eso, y al menos en materia de política
social, la participación de Veracruz en la formulación y ejecución del Plan
Nacional de Desarrollo 2012-2018 no puede ser la común y ordinaria de una carta
de peticiones.
En Veracruz se generó la mas fundamentada de las criticas a la política
asistencialista y a la anarquía de programas de los gobiernos de V. Fox y
Felipe Calderón y, no conformes con eso, generamos una estrategia alternativa
“conceptualmente impecable” me decía la Antropóloga Cristina García Pura,
Investigadora del Instituto de Antropología e Historia de la Universidad
Veracruzana cuya tesis de doctorado fue precisamente sobre la malnutrición en
comunidades indígenas del municipio de Ixhuatlán de Madero, en medio de una zona
arqueológica con vestigios de cultura hidráulica sustentable y envidiable
y de dimensión territorial varias veces mas grande que el Tajín: Mesa de
Cacahuatenco. “Sería ideal que la estrategia adelante, como está en el decreto,
se aplicara aquí en estas comunidades” me dijo emocionada la investigadora
nacida en Granada, egresada de la Universidad Autónoma de Madrid en la carrera
de Historia y doctorada por la Universidad de Granada en Antropología Física.
El
asistencialismo como el paternalismo son relaciones sociales, es cultura
constituida por concepciones, hábitos y practicas tanto de los beneficiarios
como de los miles de servidores públicos de las dependencias de gobierno. Una
cultura que no cambia de la noche a la mañana. Por eso apremia cambiar en serio
y más importante que sentarse a contar los logros es ir para adelante, mediante
una evaluación participativa que concluya en propuestas para la nueva política
social a nivel nacional.
Se
comprende que un ejercicio así no está al alcance de nuestros
legisladores y su órgano técnico de fiscalización aunque por ley debiera
estarlo. Sin embargo, para esto y para más da la experiencia de los
veracruzanos, de su gente, de sus lideres sociales y del experimentado servidor
que en esta materia lo es Marcelo Montiel, centro delantero en el equipo de
JDO. Es la oportunidad para llevar propuestas de nueva política social
respaldadas por una experiencia colectiva e institucional que cuente con una
evaluación participativa, no de escritorio.
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