MEXICO: DEBATE POBRE POBRE DESTINO
De acuerdo a las encuestas realizadas por las más importantes empresas del ramo, la mayoría de los mexicanos no tiene una buena opinión de los partidos políticos. No por algo, si se observa, la publicidad electoral coloca siempre en primer plano la imagen de los candidatos y no a las organizaciones que los promueven.
A otra pregunta expresa, los encuestados opinan que todos los candidatos prometen lo mismo. El abstencionismo como el fenómeno del voto nulo entre otras muchas manifestaciones confirman lo que ya se sabe desde hace tiempo: que los partidos políticos como organismos públicos son parte de las instituciones de un Estado de Derecho que vive la más severa de las crisis que haya padecido en toda su historia. La reforma al sistema electoral es parte de las asignaturas pendientes del Congreso y no se ve para cuando pueda llegarse a los acuerdos a que haría falta llegar para que la percepción ciudadana pasara se negativo a positivo.
En ese contexto se desarrollan las contiendas electorales. No se percibe una autentica competencia entre proyectos de fuerzas partidistas sino fundamentalmente entre candidatos. Las alianzas cupulares entre partidos ideológicamente adversos y la proliferación de candidatos convertidos en chapulines es otra manifestación de la crisis del sistema político mexicano.
En una sociedad frecuentemente convocada por los partidos, la Declaración de Principios y el Programa de Acción de los partidos son los documentos que más se desconocen no solo por la ciudadanía en general sino incluso por los propios militantes de cada organización. Lo mismo pasa con las llamadas Plataformas Electorales convertidos en simples documentos para el registro de candidatos. Tampoco parece haber interés por conocerles. De alguna manera el ciudadano común solo cree en lo que ve y lo que ve es la lucha por el poder como fin y no como instrumento de otros fines superiores.
Deteriorada la credibilidad en el discurso y en el afán de convencer para vencer, sea al presentar sus ofertas o al atacar al adversario, para los candidatos resulta de extraordinario valor “los hechos, las pruebas, los resultados, los compromisos cumplidos, la congruencia entre pensamiento, palabra y acción” y hasta la manipulación de “buenos sentimientos”. Sirve a la misma causa avalarse con la imagen de una vida familiar ejemplar.
Quizá a causa de todas las formas de la incredulidad y del “adelantamiento” que vienen experimentando los procesos electorales de los últimos años es que aun no empiezan las campañas legales y el discurso de los candidatos ya “se agotó”, ya terminó y empieza la repetición como disco rayado. ¿Tienen los aspirantes de todos los partidos algo más que decir que no hayan dicho ya?
¡Claro que sí! Falta lo mas importante para que el electorado no cautivo, el dudoso, se defina: falta que los candidatos hagan silencio de sus buenas intenciones y que digan cómo piensan crear 100 mil empleos, cómo bajar la delincuencia 50% , cómo terminar con la corrupción, cómo elevar el valor agregado de los productos del campo y cientos de promesas de todos calibres.
No nos hagamos patos, Veracruz depende en 90% de las participaciones federales, la inversión federal en el campo como en infraestructura de comunicaciones está centralizada en más del 85% y no se diga los programas sociales o apoyos a proyectos productivos que casi todos se deciden desde el gobierno federal.
En esas condiciones políticas, financieras y administrativas ¿Cómo piensan cumplir su oferta los aspirantes a gobernador de Veracruz? Lo lógico es que la propuesta de cada aspirante incluya un capitulo específico dedicado a las relaciones que estarían dispuestos a establecer la federación. Y nada de abstracciones y bravuconadas, se requieren acuerdos y reformas y no precisamente con una entidad sino para todo el país en los que participen todos los mexicanos. Para que el cambio en las relaciones Ejecutivo Federal- gobiernos estatales y municipales adquiera categoría de política pública tiene que involucrar a todos, de lo contario solo es una componenda.
Veracruz sólo construirá su viabilidad, como parte de la viabilidad que los mexicanos y las fuerzas políticas logren construir para México Ningún gobierno estatal puede sustraerse a esta verdad. Comercio exterior, participaciones federales, política macro económica, política fiscal, etc afectan a todas las entidades aunque se deciden en el nivel federal.
Es evidente la miopía de la clase política mexicana. Siempre incapaz de pensar y acordar más allá de sus narices de cada seis años locales y ni siquiera considerados como cimientos de un gran proyecto nacional en la era de la globalización. A un inversionista golondrino que instala maquiladoras en una semana y las desmantela en otra para largarse a China quizá no le importe mucho saber cual es el proyecto de nación a largo plazo de los mexicanos. En cambio los inversionistas en bienes de capital, los verdaderos grandes inversionistas exigirían por lo menos saber cuál es el proyecto de los mexicanos a 30 o 40 años.
Gobernar con rumbo es saber a qué Proyecto de largo plazo pertenecen las metas de corto plazo. Este es el gran debate ausente o silenciado y no solo por la falta de estudios de prospectiva sino también por la visión cortoplacista prevaleciente y los intereses mezquinos de una clase política que parece estar obsesionada más por el reparto del poder que por la transformación del país.
Hoy la economía de México esta por los suelos, las instituciones del Estado incluyendo el sistema político electoral padecen de cáncer, el gobierno mexicano no es capaz ni siquiera de garantizar la seguridad de los mexicanos, son evidentes los vacíos de poder empezando por el presidencial.
Sin embargo y pese a todo lo que indican las numerosas jornadas electorales que ahora se llevan a cabo en muchas entidades, la disputa por el poder político no es lo esencial de este momento en la vida de México, ojala fuera eso. Se sabría para qué proyecto cada fuerza busca el poder.
Sirve de ejemplo a esta apreciación dos discursos recientes. El de José Narro rector de la UNAM y el de Raúl Arias Lobillo rector de de la Universidad Veracruzana. El primero toca de frente el estado del ESTADO. El otro prefiere la visión académica falsificada que todo lo reduce a una “revolución del conocimiento”.
A propósito del debate entre candidatos a gobernador de Veracruz no se explica que la comunidad académica veracruzana rehúya su papel histórico con subterfugios legales. ¡No es solo Veracruz lo que está en juego, SEÑOR RECTOR! ¡Es toda la nación mexicana!
La explicación jurídico electoral en torno a ese debate, que la formulen los partidos; en cambio de la comunidad y autoridades universitarias se esperaría un argumento reflexivo, sustentado en la visión universalista que están obligadas a asumir las Universidades Públicas siguiendo el ejemplo de otras generaciones entre ellas la del 68 o la de principios del siglo pasado.
Desde hace dos años vengo proponiéndoles a las autoridades de la Universidad Veracruzana que la modernización académica no solo ha de ser tecnológica - instrumental sino también política y de compromiso con un proyecto de nación siempre inacabado, siempre condicionado, siempre en riesgo de naufragio. Nación que no sabe a donde va puede pensarse que ya llegó o tomar cualquier precipicio por vereda segura.
Como diría en una aula del Instituto de Administración Publica de Veracruz: “Gobiernos que no han desarrollado los indicadores que hagan medibles las metas de resultad final tampoco podrán demostrar la vinculación congruente entre Plan-Programa-Presupuesto quedando en el aire el discurso y el proyecto partidista expuesto en las campañas previas al arribo al poder”
Por eso, de lo que se trata es que nuestra máxima casa de estudios asuma su papel superior. No de instrumento del debate electorero oportunista sino del debate trascendente; el que se centra en las grandes transformaciones, en el PARA QUÈ DEL PODER POLITICO, el CÒMO hacer realidad metas y compromisos. Mediante qué políticas publicas y estrategias cada fuerza supone que puede transformar a este país.
En la actual etapa, casi todas las instituciones del Estado Mexicano están pervertidas en su papel debido a la prevalencia de la lucha por el poder inmediato entre las tres principales fuerzas políticas acompasadas por los poderes fácticos. ¡Nadie ha negado que en el Congreso de la Unión se hayan visto mezcladas la aprobación del paquete económico y cuotas de poder políticos! ¡Ni la CONAGO se salva de esa enfermedad llamada concertacesión! Es evidente que el IEV el IFE están capacitados para llevar a cabo un debate apegado a las normas que rigen el proceso electoral pero totalmente incapacitados para organizar un verdadero dialogo que demanda hoy la nación.
Precisamente por esa condición de perversidad que mezcla toda clase de intereses y sobre todo por su complejidad y tiempos para la maduración de acuerdos entre las fuerzas políticas es que se abren enormes oportunidades de transformación desde las entidades federativas. No sería la primera vez que las propuestas de un nuevo Pacto Social surgiera de la periferia al centro y porqué no, de la propia UNIVERSIDAD VERACRUZANA.
Su voz llegaría a todas las universidades del país. Los cientos de miles de jóvenes que ahora se preparan- entre ellos mis hijos- tiene derecho a participar y ser protagonistas de un dialogo civilizado y plural sobre el destino de la Nación a la que se supone servirán y la que esperan les brinde una oportunidad de trabajo productivo.
Hay que preguntarles a los aspirantes a gobernar Veracruz ¿Cuáles son sus propuestas al respecto?
Veracruz ni es la pieza perdida de un rompecabezas ni un barco suelto, cuyo destino esté al margen del destino de la nación. Esto debiera ser parte del debate y de la disputa del voto en lugar de la guerra en la fase del “debate”. Las campañas que merecemos todos los veracruzanos no se resuelven con debates simulados ni con la guerra sucia, la provocación y la judialización. .
Hay que insistir en la civilidad de las contiendas. Con la pretensión de “reventar” el próximo proceso electoral perdemos todos. Nada se construye en el caos ni sobre sobre cenizas.
Hasta ahora la humanidad sólo ha inventado dos formas de cambiar: La forma pacifica, civilizada y legal y la forma violenta sea mediante el golpe militar, la guerrilla o la guerra civil generalizada. Esto nos dijo nada menos que el exdiputado federal y expresidentes de la Comisión para la reforma del Estado en una conferencia en el Instituto de Administración Pública.
Y no le faltó razón. Por eso cabe la pregunta ¿quieren los candidatos y los partidos políticos verdaderamente elevar el nivel cultural de la contienda o están a favor de degradarla apostándole a un desenlace caracterizado por el encono, la confrontación, y la judicialización?
Si quieren lo primero, que se hagan a un lado y si acaso participen como invitados en el gran dialogo nacional en el seno de una de las pocas instituciones que gozan de algún margen de independencia de las fuerzas políticas y que tiene la capacidad para llevar a cabo ese dialogo en forma plural organizada, y profunda: las universidades. De una pluralidad que va mas allá de los partidos.
NADA SE CONSTRUYE SOBRE CENIZAS. EL UNICO CAMINO CIVILIZADO POSIBLE ESTA EN EL PERFECCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO MEXICANO QUE TANTO LE COSTARON A OTRAS GENERACIONES.
SIN ESTADO DE DERECHO NO HAY DEMOCRACIA, NO HAY JUSTICIA, NO HAY DESARROLLO NI OPORTUNIDADES DE VIDA PARA TODOS. ES MEXICO EL QUE ESTA EN PELIGRO COMO NACION.
NO EMPOBREZCAMOS MAS AL PAIS CON UN POBRE DEBATE. EL GRAN DIALOGO PUBLICO NACIONAL QUE HACE FALTA, SEGUIRA COMO ASIGNATURA PENDIENTE PASADA LA ACTUAL JORNADA ELECTORAL.
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sábado, 22 de mayo de 2010
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Despertar a Tiempo
fecha: sábado, 22 de mayo de 2010
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