jueves, 5 de febrero de 2009

ESTADO Y PODER: ¿Para Qué?

ESTADO Y PODER: ¿Para qué?
En México el fracaso del modelo neoliberal y de las políticas paternalistas de paliativos a la pobreza, vio sus últimos estertores en las recetas coyunturales basadas en el gasto público del Plan Anticrisis del Gobierno de Felipe Calderón. Está visto que repartir dinero a los pobres jamás ha sido el camino y que nunca habrá presupuesto que alcance aunque eso sí, será la mejor estrategia para la manipulación electoral.
Por eso cuando los asesores convencen al Presidente que primero aumente el precio del diesel y luego que lo reduzca, no hay duda sobre los objetivos electorales de las políticas federales. En materia de propuestas ante la crisis, definitivamente no hablamos de lo mismo y eso lo demuestra con meridiano cinismo la próxima reunión que se llevará a cabo en la capital chiapaneca con la asistencia de 190 diputados del PAN que se entrevistarán con el director del Seguro Popular, Daniel Karma y el titular del Infonavit, Víctor Manuel Borrás, entre otros.
Ni hablar, el mundo está en permanente transición y no queremos verlo. Por ejemplo, líderes del capitalismo mundial como el ex primer ministro británico Tony Blair reconocieron esta semana en Davos que el sistema capitalista carece de valores y que así, no podrá funcionar. Por su parte, el magnate Bill Gates, entregado a la filantropía en el mismo cónclave, advierte que la tecnología puede ayudar a combatir la pobreza pero el obstáculo mayor es la voracidad de las grandes corporaciones que solo se dedican a la acumulación de ganancias.
Al respecto, un reporte desde Suiza dice “El Foro Económico de Davos cerró la edición más pesimista de su historia en alerta máxima ya que la severa crisis económica podría crear reacciones sociales violentas y el resurgimiento del nacionalismo y proteccionismo en favor del sálvese quién pueda”.

El fundador del Foro Económico Mundial de Davos, - que anualmente reúne a los mas poderosos del mundo - Klaus Schwab, dijo que, sin duda, esta edición ha sido la más oscura desde el punto de vista económico. En el Foro ha quedado claro que las reducciones de empleos van a ser inevitables, por lo que parecen también inevitables las reacciones sociales violentas contra el capitalismo. Esta semana se ha dado a conocer el recorte de unos 150,000 empleos por los pésimos resultados en grandes empresas internacionales. Se baraja la cifra del crecimiento económico más bajo desde la Segunda Guerra Mundial, misma que podría dejar a 50 millones de nuevos desempleados. El consejero delegado de la petrolera Royal Dutch Shell, Jeroen Van Der Veer, dijo que nadie quiere volver al comunismo, ni al exceso de regulación y por ello hay que reaccionar rápidamente”
En este contexto resulta explicable el retorno del péndulo hacia un nuevo equilibrio y, de alguna forma, a la recuperación del Estado Social de Derecho, promotor y responsable de la conducción de una economía, quizá más mixta y diversa que nunca. Sin embargo, la incapacidad congénita de la derecha en México se pone de manifiesto cuando se habla de este retorno porque implica mucho más que administrar el gasto público y repartir dinero entre los pobres. El retorno del Estado Social de Derecho alguna modalidad que supere la irracionalidad en que ha caído, exige de una nueva gobernaza, de un nuevo equilibrio de poderes y sobre todo gobernar con el pueblo y no solo para el pueblo, alentar todas las formas de organización social de la producción y no solo las que demanda la globalización, así como dialogar y concertar con todos los actores y no solo con el gran capital.
Como se puede apreciar, la fase que sigue para el Estado Mexicano ha de reflejar la nueva correlación política de fuerzas que unidas en lo fundamental impulsen el Nuevo Proyecto Mexicano en la era de la globalización.
La nueva etapa de posibilidades de desarrollo requiere de auténticos promotores, no solo con capacidad administrativa sino también con sensibilidad social, capacidad política y de concertación plural, no de gerentes de la Coca Cola o de brujos de las finanzas. Estos se necesitan para actuar más no para conducir el barco y menos sirven para devolverle al pueblo la confianza en sí mismo y en un futuro mejor que ha de construirse con el esfuerzo de todos. O sea volvemos a los principios de Democracia y Justicia Social.
Solo en los palenques vale más quien apuesta más. En cambio, en fomento al desarrollo social y en la creación de oportunidades de empleo, cuenta más quien con menos, logra mejores resultados. Quien con lo disponible hace más que nadie.
Ahora, por lo que respecta a Veracruz y de lo que Veracruz aporta a la Nación, no hay comparación con lo que recibe y como muestra de lo que es y no es un verdadero federalismo tenemos el estado de California en la Unión Americana, ya que algunas estimaciones indican que recibe más del 70 % de lo que aporta a la unión. Ese si es federalismo no las migajas que Veracruz recibe del gobierno de Calderón.
Si los partidos políticos quieren hacer propaganda sobre el cumplimiento de compromisos cumplidos por su gobernante, están en su derecho de hacerlo aunque la verdad ninguno tiene tradición, capacidad y experiencia en esa tarea a no ser que todo lo quieran hacer por radio y televisión. Sin embargo, estando en puerta la disputa de las preferencias del electorado bueno sería que partidos y candidatos no solo hablaran de las obras que han hecho sino sobre todo “del puerto” al que se pretende llevar a Veracruz y a la Nación. Esa es la agenda que importa. Insisto, el debate evadido.
Obras, acciones, ruta, destino, proyecto; relación costo - beneficio, fines y medios. O sea, desde hace rato éste es el debate silenciado y el escenario donde se tuercen las grandes decisiones que demanda la nación. Una cosa es vivir mejor y otra progresar, dijo el otro. ¿Tendrá el PRI veracruzano capacidad para marcar la diferencia entre oferta tradicional en sus candidatos y la oferta de cambio con rumbo claro y definido? ¿Cuál va a ser el compromiso de sus aspirantes respecto de la agenda que dejó pendiente la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión para la Reforma del Estado?
Se supone que con la reforma al COFIPE y el ahorro en gastos de publicidad electoral, los partidos se obligarían a invertir más esfuerzos en su diálogo con la sociedad a fin de elevar el nivel de conciencia ciudadana. ¿Es posible esperar que esto suceda? ¿O vamos a más de lo mismo? Si las obras y acciones de gobierno son una obligación y no instrumentos de trueque electoral ¿qué es lo que los hace diferentes?
No nos hagamos, la diferencia esta en el Proyecto o destino hacia el que se proponen llevar a la Nación o por lo menos el futuro inmediato de ese 70% de población integrada por jóvenes: Luego lo fundamental para el voto razonado - ese que tanto se anuncia en los spots del IFE - son las propuestas. Lamentablemente no es ese el debate que se alienta sino la diatriba y la denostación del adversario aunque ello provoque la decepción y el abstencionismo. ¿Será esto a lo que le apuestan algunos?
Quienes confían en tener los mejores candidatos, una fundamentada propuesta legislativa y además un capital político ganado por la obra de gobierno de FHB ¿qué esperan para realizar campañas que incluyan pero también que vayan mas allá de las promesas de siempre y de los rostros amables?



CAMPAÑAS: EL DEBATE EVADIDO

CAMPAÑAS: El Debate Evadido




Por fortuna Veracruz cuenta con una ciudadanía que percibe cada vez mejor el sentido en que ha de inclinar su voto en las urnas y aunque expuesto a la confusión, intuye cuando hay manipulación que pretende comprarle su voluntad. Se equivocan los que subestiman la conciencia de la sociedad.

Por eso cuando decimos que el pueblo opta por el abstencionismo, o bien, que está cansado de promesas, no es tan simple la cosa como decir que se trata de ciudadanos carente de sentido de responsabilidad ciudadana sino de una forma pasiva de protesta y en todo caso de un estado de la conciencia social.

Cuando fui estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM recuerdo muy bien la pasión con la que sosteníamos las tesis de Pepe Revueltas sobre la inexistencia histórica del Partido Comunista de México, entre aquellas tesis se encontraba la propuesta del papel de un partido político como institución promotora de la conciencia y de cultura política democrática, es decir, los partidos políticos concebidos como instituciones organizadas y organizadoras de esa conciencia.

Más tarde - en los 70´s - cuando se llevaron a cabo las primeras reformas electorales, la legislación mexicana estableció responsabilidades de los partidos en esta materia, sin embargo, tal parece que todo esto del papel educador de los partidos se ha quedado en letra muerta.

Con excepción de contados intentos, en general lo que menos hacen los partidos es despeñarse como instituciones promotoras de la cultura política de los ciudadanos y menos de una cultura democrática.

Tal parece que los Partidos políticos se han rendido ante este reto, se han quedado en simples maquinarias electorales y no han podido hacer más. No hay tiempo, ni voluntad más que para aspirar al poder. El “para qué” del poder no importa; debatir “el cómo” tampoco y menos “el hacia donde” de las propuestas. Todo es oferta inmediatista para el hoy – para el trienio o el sexenio- como si no existiera México para las nuevas generaciones y nuestros hijos de primaria o secundaria carecieran de un destino en su propio país. El debate plural y a fondo es la materia reprobada por todos los partidos y sus “inteligencias” organizadas en fundaciones más oportunistas que pensantes.
Un axioma que no requiere demostración es el siguiente: quien no sabe a dónde va, ya llegó porque cualquier destino sirve para justificar que “hizo su mejor esfuerzo”, así, por ejemplo el PAN pide que se saque de las contiendas electorales lo que ayer le sirvió para seducir electores: el empleo porque los dirigentes de ese partido no es un problema creado por el llamado “Presidente del empleo” Felipe Calderón, sino mundial.

Precisamente la ausencia de ese dialogo sobre el Proyecto de Nación, es lo que explica la rebatinga de meritos por obras o acciones realizadas tratando de conquistar votos. Cuando la dimensión de una obra de gobierno no solo ha derramado beneficios sino también generado confianza, además de despertar la voluntad asociativa y de trasformación, es porque hay pisada, camino y rumbo (parafraseando a M. Jiménez Guzmán). Este es el caso de FHB, por ello la generosidad de su declaración hace unos días cuando dijo:

“Nadie que reciba un beneficio de gobierno, sea este Federal, Estatal o Municipal, está obligado a comprometer su voluntad o proyecto personal”…. las obras no deben ser utilizadas para efectos político electorales ya que solo expresan el cumplimiento de un deber y de un compromiso que se contrae desde que se pide el voto, el cuál es para servir y no para servirse del poder.

Tiene FHB tesis para otro nivel del debate que viene por eso no se explica el debate enmudecido. Hizo el mandatario veracruzano un importante pronunciamiento que debiera estar en la memoria, en el decir y en el hacer cotidiano de todos sus colaboradores y de todos los funcionarios de los tres niveles de gobierno.
Hacer obras públicas, ejecutar programas sociales no es ningún favor personal de quienes tienen por obligación ser los primeros en cumplir con la ley. Dentro de estas obligaciones tenemos el Presupuesto de Egresos de la Federación que año con año aprueba el Congreso y con cuyos recursos se ejecutan inversiones y programas sociales como el Seguro Popular cuya ejecución y éxito corre a cargo de los gobiernos de los estados. En el caso de Veracruz este servicio llega a más de 500 mil familias gracias al trabajo de miles de servidores públicos y al impulso que Fidel Herrera le viene dando.

Los recursos que ingresan a la hacienda pública provienen de los impuestos que pagamos los mexicanos, o bien, de las divisas que ingresan por concepto de la venta de petróleo. Luego entonces constituye una aberración pretender que los beneficiarios de los programas y obras deban sentirse comprometidos en la forma que ejercen derechos políticos constitucionales como el derecho a votar.

Lo que sí puede ser motivo de satisfacción y de publicidad partidaria es el “plus”, aquello que constituya una clara manifestación de talento y optimización de los recursos públicos que por ende se traduzca en una mayor capacidad para multiplicar impactos y beneficios. Esto es, capacidad del gobernante para utilizar el gasto público y otros instrumentos de política como detonadores de procesos que movilizan el potencial de recursos con que cuenta de la sociedad.

Esta capacidad, la del Estado Social de Derecho es parte del debate enmudecido y evadido y mientras los partidos y los candidatos no le entren, de noche todos los gatos son pardos. La disputa de Veracruz – codiciada por su riqueza, como de toda la nación, está más presente que nunca y no es una disputa entre candidatos a diputados federales sino entre fuerzas políticas.



Nota Publicada en:


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