El neoliberalismo agazapado
En julio de 2018, 30 millones de electores expulsaron del control del poder político a la mafia que durante 30 años y para su beneficio impuso el neoliberalismo económico que llevó a México al abismo en el que hoy se encuentra. En un escenario mundial de pleno ascenso de la derecha, a contracorriente, pacíficamente los mexicanos decidieron un giro de 180 grados a la conducción de los asuntos públicos. No obstante el carácter histórico y contundente del triunfo en esa batalla, la guerra apenas empieza porque la derecha y el neoliberalismo va por la revancha para lo cual conserva intacto el poder económico y financiero, el control de los medios de comunicación y algo igualmente poderoso y un tanto camoflageado: cuenta una numerosa tecnobutocracia, portadora de cultura y mentalidad funcional al neoliberalismo. La salida de Urzúa es apenas el primer caso. A las adversidades que enfrenta el nuevo gobierno popular se añade el neoliberalismo en la ejecución de las políticas públicas por una clase política ampliada incrustada en todas las esferas de la administración pública la cual está agazapada y trabajando por sabotear las políticas y programas del gobierno que encabeza AMLO. Al enorme reto de regenerar las instituciones públicas deformes y pervertidas por la mafia, se añaden las tareas de rediseño de las estructuras administrativas en “auxilio” de lo cual acude ya esa tecnoburocracia heredada. Esto ocurre a plena luz del día, todos los días en la Administración pública federal, estatal y municipal. Complicado el reto porque, experta en simulación, la tecnoburocracia trae puesto el uniforme de MORENA y vende sus servicios a improvisados funcionarios y gobernantes. Se prepara así un duro golpe a los morenos por inexpertos y el retorno de alfiles del PRIANISMO.
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