jueves, 27 de diciembre de 2007

Etiquetas:

EL DESTINO DE LOS DOLARES QUE LLEGAN

Por la navidad, la llegada año nuevo, el día de reyes o por lo que sea, en estos días se gasta hasta lo que no se tiene.

Pasamos doce meses castigados a vivir en el filo de lo estrictamente necesario; un mundo de ofertas de todo género solo las vemos en el el periódico o en el televisor. Al llegar diciembre y más precisamente en la segunda quincena, como globo de aire rompemos la regla, la piñata, el tope de la tarjeta, la cordura, el cochinito y gastamos todo, salario, aguinaldo y algunos, hasta el último depósito procedente de Estados Unidos.

¡Llévese toda la toda la tienda sin enganche, sin intereses y pague en cómodos 12 meses! ¡Suyo puede ser todo lo que quiera! Así dice la publicidad y …..Ahí vamos en tropel corriendo a gastar el aguinaldo y a hipotecar el salario o las remesas del 2008. No pensamos en la seguridad del empleo, en el posible recorte de personal, en la eventual enfermedad o accidente; nada, nada hay en la mente solo ese instante prometido de sentir lo que es el estreno del auto nuevo, la sala nueva, televisor de pantalla gigante de plasma, o ya de perdido el estero del auto o el último celular. Otros prefieren la fiesta de fin de año en grande donde abunde bebida, botana, regalitos y si se puede hasta mariachis en vivo.

Y todo esto ¿para qué? Estúpida pregunta dirá alguna adicta dama, pues para sentirse un poco mejor, para sentirse feliz aunque sea por un ratito, porque después de todo la vida es sólo un instante y si no la vivimos, lo vamos a lamentar. Luego viene enero, que hasta “cuesta” le pusimos; la famosa cuesta de enero porque de que cuesta, cuesta vivirlo. Insoportable es volver a la realidad pero se vuelve.

Año tras año, es lo mismo. Algunos concluyen que todo es cuestión de que haya más dinero, de que se pague mejor el trabajo. Con firmeza se piensa que solo así saldremos de pobres.

Francamente y con todo respeto a los pobres, lo dudo. Es cierto que el salario mínimo no alcanza, que el aumento del 4% es un insulto a la dignidad y al trabajo, y que incluso hay miles de patrones que ni el salario legal paga. También es una verdad registrada por los censos del INEGI que la mayoría de los mexicanos vive con uno o dos salarios mínimos o que la mayoría de los empleos creados no son de altos ingresos.

Pero ¿qué me dice el lector de ese sector de la población que por estos días es uno de los más ricos de México? No me refiero a Carlos Slim, sino a las miles de mujeres que por estos días reciben millones de dólares de las remesas enviadas por los esposos o hijos que trabajan en Estados Unidos. ¿Acaso este sector de la población ha dejado de ser pobre por recibir cada año miles de millones de dólares?

¡Pues fíjese que no! Con esas remesas enviadas desde la Unión Americana los únicos que se han hecho ricos son los dueños de las grandes compañías que producen o venden todo lo que se consume. ¿Es que nuestros mejores brazos se fueron para gastarse de esa manera el dinero producto del trabajo en el extranjero?

Con todo derecho una de esas familias nos dirá: sí ¿y qué? ¿ no vivimos en un país libre? ¿Qué haría un criticón como el que esto escribe si ganara un salario mínimo por tres meses del año y no encontrara opción de un empleo que no da ni para lo más elemental que es comer? De acuerdo, sólo que llevamos décadas así y esto no parece llevar al puerto que suponíamos. Ni los paisanos allá han sido admitidos para compartir el sueño americano, ni la familia abandonada ha dejado de ser pobre.

Después de las divisas que ingresan por la exportación de petróleo no hay nadie que envíe más dólares a México que ellos, nuestros paisanos que se fueron a trabajar. Y yo me pregunto, ¿para gastarse en México ese dinero y de esa manera, es para lo que arriesgaron la vida y tomaron una decisión que desintegra a la familia?

Lo que hace falta es mas respeto por la vida de los que se fueron y trabajan en serio allá. Más respeto por la vida de los que están aquí, los hijos pequeños, ya que si no se les deja aquí mismo un porvenir más seguro, se les tendrá que heredar otro coyote que, llegada la edad, también se los lleve a trabajar a EU.

Cierto que hay programas de gobierno estatal y federal, pero francamente son recientes y son insuficientes. Debieran ser los más importantes y a los que se les dedicaran más recursos en capacitación, en asistencia para proyectos productivos y en los que se invirtiera parte de las remesas de los dólares que llegan.

Repito, hacen falta más programas de apoyo, sobre todo a las mujeres y jóvenes para que emprendan negocios familiares que multipliquen parte de lo que reciben desde algún lugar del vecino país.

Muy cristianaos muy cristianos pero se nos olvida la parábola de los talentos que dice: todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Esto describe lo que esta pasando con muchas de nuestras familias que reciben remesas, pero “la traen tan atrasada” que no la convierten en capital productivo, en negocios que generen mas ingresos.

Por eso hay que insistir en la pregunta ¿qué estamos haciendo con el salario. No lo olvide, el consumo puede ser una adicción igual que cualquier otra droga. No tiene fin a menos que uno se lo ponga.

La felicidad no necesariamente está en tener más sino en disfrutar lo que se tiene y nuestras mujeres receptoras de remesas tienen la oportunidad de mostrar sus talentos, su talento, acercándose a buscar apoyo y volverse emprendedoras. No tienen que arriesgar la vida como lo hizo el hijo o el esposo que se fue.

Subsidiar la economía popular, repartir despensas y láminas para el techo ayuda, un poco, pero no resuelve de fondo el problema de la pobreza. Para eso nada ayuda más que ayudar a que la gente se ayude así misma. O bien condicionar la ayuda que subsidia el consumo con la participación en proyectos productivos.

Ojalá y 2008 sea el año de las remesas de dólares convertidas en empresas familiares bien establecidas, en cooperativas de transporte o de nuevas agroindustrias, o en empresas de servicios turísticos, DE ENTRE TANTOS SOBRESALEN DOS ADVERSARIOS HABRA QUE VENCER, LA ADICCION AL COSUMO Y EL INDIVIDUALISMO QUE NOS IMPIDE ASOCIARNOS.





0 comentarios: