MÁS Y MEJOR DEMOCRACIA ES EL ANTÍDOTO DE LA CORRUPCIÓN. Clareando amanece, elecciones,utopía y transformación.
Por si algunos tenían dudas, los resultados de las próximas elecciones en Coahuila y Estado de México terminaran de despejar por completo en qué sentido de la historia apunta con claridad la voluntad transformadora de la inmensa mayoría del pueblo mexicano.
Es obvio que, en primera instancia la fuerza incontenible y predominante del obradorismo significa el respaldo del que goza el gobierno que encabeza y dirige el presidente Andrés Manuel. De aquí a la jornada del 23 y del 24’ seguramente en el país habrá de avanzarse en el diálogo, consensos y acuerdos respecto a los ajustes y las precisiones que requiera el proyecto histórico de la Cuarta Transformación . Hay concepción o visión paradigmática, hay principios rectores, hay estrategias de gobierno y las hay de Morena; las tácticas específicas no existen preconcebidas como en un recetario de casina; estas son específicas a cada tema de la agenda, se toman sobre la marcha y obviamente pueden variar conforme lo piden las circunstancias. Quien no distingue táctica de estrategia es vulnerable a la confusión y por lo mismo a caer en el juego de los opositores precisamente que tienen por estrategia la creación de confusión.
Como hacía muchos años no sucedía, el pueblo es el protagonista central del significado del llamado cambio verdadero, lo perciban así o no representantes y voceros del conservadurismo local, nacional o internacional. El ruido generado en torno a la frustrada Cumbre de las Americas y la reciente en España convocada porMario Vargas Llosa, confirma el carácter mundial y civilizatorio de la agenda y la confrontación que da contexto a la Primera Revolución Pacífica que se vive y eligió la mayoría de los mexicanos. Por eso, con el inocultable interés mundial en torno a Mexico, la fuerza de su liderazgo internacional, y el arribo de la más alta inversión extranjera directa registrada. Empresas y líderes del capital toman partido por las naciones y territorios que definen con claridad su destino, no son tontos, eligen estabilidad de mediano y largo plazo. Poco les importan los espantapájaros de aquellos conservadores que agitan las banderas de la “amenaza” disque socialista o comunista, trasnochada visión del siglo pasado. Como lo dijo el presidente en una mañanera, el pueblo tiene la máxima conciencia social posible en torno a aquello que no quiere y rechaza para el presente y para el futuro. Corresponde a la organización política la responsabilidad del diálogo reflexivo y permanente con el pueblo que profundiza el despertar de conciencia propositiva y organizada de tal manera que el ejercicio del poder sea consensuado, democrático y no a título personal, patrimonial insta o caudillezco. Tanto en el ámbito municipal, estatal o federal. Lo importante de
cada decisión que se tome desde el poder institucional, es razonar y demostrar su congruencia y contribución con el proyecto histórico, es decir con la utopía, o visión paradigmática, tal es el caso de la iniciativa de reforma electoral inaplazable y cuya necesidad urgente se puso una vez más en evidencia en los abusos del poder e irregularidades en las recientes elecciones. Pongo un ejemplo: es absolutamente claro que el pueblo está harto de tanta corrupcion, que lleva décadas, que no la quiere dejar de herencia a las siguientes generaciones y que y acabar con ese cancer solo es posible con más y mejor democracia.