FUI “FOSIL” a mucho orgullo
TAMBIEN EGRESADO DE LA UNAM.
Toxico maníacos, ignorantes derechistas chayoteros al servicio de los más obscuros corruptos y nefastos intereses opuestos a la 4ª Transformación es lo menos que se merecen aquellos que utilizan el adjetivo de “estudiante fosil”, en la más absoluta incomprensión sociológica del fenómeno al que pertenecen cientos de miles de universitarios de estudios interrumpidos o inconclusos y no por eso de menor éxito profesional o brillante destino. Es mi caso: me titule 10 años después de egresar de la misma facultad de la que egresó el hoy presidente Andrés Manuel, presenté examen profesional ante sinodales de muy alto prestigio intelectual, me aprobaron por unanimidad, me felicitaron y me otorgaron Mención Honorifica. Uno de ellos, de imborrable recuerdo y satisfacción comentó “Romeo, su tesis bien pudiste haberla titulado LA MAS GRAVE INCONGRUENCIA DE UN PRESIDENTE DE LA REPUBLICA”- Semanas después de aquel postergado evento académico, un verdadero periodista como don Manuel Buendía, me felicitó y comentó de mi tesis “es una valiente investigación critica del gobierno de José López Portillo, por mucho menos los han despedido”.
Siempre fui estudiante responsable y cumplido con mis deberes, pero amante de la verdad, e inconforme con los planes de estudio, con la enseñanza memorista y el culto a las calificaciones, diplomas y títulos académicos. Buscaba un enseñanza comprometida con la realidad y su transformación. Siendo alumno del grupo de estudios intensivos, recuerdo una ocasión que, caminando por los pasillos de la Facultad de Ciencias Políticas, don Enrique Gonzalez Casanova, (destacado académico y asesores de rectores y presidentes) me dedicó unos minutos a escuchar las razones de mis aspiraciones e inconformidad y al terminar la plática me dijo; “Romeo, el tipo de formación académica que usted busca no existe, tendrá que formarse como autodidacta, hágalo si eso quiere”. Me siento orgulloso de haberle hecho caso. Siguieron luego las luchas democráticas del 68, la cárcel de Lecumberri donde concluí el plan de estudios, el CNAO antes de la formación del PMT al lado del Ing. Heberto Castillo, Demetrio Vallejo, Javier Santiago Castillo y otros, luego los agricultores de subsistencia con Gustavo Esteva y Vicente Granados en CONASUPO y luego peón de la elite tecnocrática de Carlos Salinas. Jamás abdiqué de mis ideas y en solo cuatro meses escribí la tesis postergada 10 años. ¿Eso es ser fósil? ¿Por dejar el aburrido pupitre y el aula para vivir y aprender de la lucha social y del mundo real se es “estudiante fósil? De una institución que esta de despaldas a la realidad se aprende más afuera que adentro. Esto no lo entienden los señores periodistas fósiles. LA UNAM como muchas universidades del país han estado sometidas al modelo económico neoliberal durante las últimas décadas, formando cuadros pero no para servir al pueblo y a sus necesidades. El sueño neoliberal ya terminó. Nunca hubo futuro promisorio para la mayoría de los egresados del sistema de educación superior lanzados en masa al subempleo, el empleo informal o con sueldos miserables. Y en la economía de la post pandemia menos. La comunidad universitaria tiene ahora la responsabilidad de asumir su papel protagónico en la transformación de la propia enseñanza.