Los derrames de petróleo ocurridos en Tamiahua y Río Blanco se suman a una larga lista de los múltiples ocurridos en Veracruz en los últimos años. Desde el sur hasta el norte, desde la plataforma continental hasta mar adentro en el golfo, ninguna parte del territorio veracruzano se salva.
Tal vez nadie hay dado mas dinero a México y a Veracruz que la explotación petrolera pero tampoco nadie le gana a esta paraestatal en daños causados a nuestros recursos naturales. Algunos daños son irreversibles por lo que no es descabellada la idea de que el costo de lo destruido supera de sobra a lo que PEMEX aporta a la economía veracruzana.
PEMEX es una de las empresas que mas empleos permanentes y de altos ingresos genera en Veracruz, pero son para unos cuantos en tanto que a su alrededor se ha extendido la miseria, la polarización y la marginalidad social. Una dura realidad para lo cual PEMEX solo tiene una partida de “gasto social” que suena a caridad mas que a responsabilidad con el desarrollo sustentable de los municipios y regiones donde están asentadas sus instalaciones. Cabe preguntar por ello ¿quien lleva la cuenta de lo que PEMEX ha pagado a Veracruz y de lo que aun le deben? ¿Será la Subsecretaría de Protección Civil? ¿Será el Congreso del Estado? ¿Será la Procuraduría del Medio Ambiente?
Estoy seguro que ni el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información - del que tanto presumimos - tiene la respuesta satisfactoria. Y si los veracruzanos desconocemos a cuánto asciende la cuenta de adeudos que tiene PEMEX con nuestro estado ¿como la vamos a cobrar? ¿Cómo vamos a evitar que nos hagan trampa? ¿Cómo saber si lo que nos abonan disminuye la deuda o son migajas para paliar el justo enojo de un pueblo que empieza a salir a la calle derramando bilis exigiendo ser escuchado?
Todo mundo sabe que sindicato y directivos de PEMEX se sienten una casta poderosa e intocable cuyas redes de influencia penetran gobiernos, empresas, medios de comunicación, representantes en el Congreso y no extrañe que hasta los derrames sean parte de una estrategia que busca preparar peores decisiones en contra del interés de los mexicanos como tratar de justificar la entrega de PEMEX al extranjero.
Igual que con la demanda equidad en el cobro de tarifas eléctricas, tiene razón el gobernador Fidel Herrera, la cosa no se gana con presiones públicas sino con negociaciones por la vía legal.
Ciertamente el gobernante está en su papel al buscar soluciones por la vía de la negociación institucional pero una cosa es la fuerza institucional y jurídica de una solicitud ante el gobierno federal y otra muy diferente el peso de fuerza política que es mayor si se ve respaldada por una consenso, por un sentir generalizado de los veracruzanos que dice ya basta.
¿Hasta dónde llega la soberanía de los estados consagrada en la Carta Magna?
Por eso importa escuchar las voces de protesta, porque son aviso de reacciones mayores.
Tal vez nadie hay dado mas dinero a México y a Veracruz que la explotación petrolera pero tampoco nadie le gana a esta paraestatal en daños causados a nuestros recursos naturales. Algunos daños son irreversibles por lo que no es descabellada la idea de que el costo de lo destruido supera de sobra a lo que PEMEX aporta a la economía veracruzana.
PEMEX es una de las empresas que mas empleos permanentes y de altos ingresos genera en Veracruz, pero son para unos cuantos en tanto que a su alrededor se ha extendido la miseria, la polarización y la marginalidad social. Una dura realidad para lo cual PEMEX solo tiene una partida de “gasto social” que suena a caridad mas que a responsabilidad con el desarrollo sustentable de los municipios y regiones donde están asentadas sus instalaciones. Cabe preguntar por ello ¿quien lleva la cuenta de lo que PEMEX ha pagado a Veracruz y de lo que aun le deben? ¿Será la Subsecretaría de Protección Civil? ¿Será el Congreso del Estado? ¿Será la Procuraduría del Medio Ambiente?
Estoy seguro que ni el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información - del que tanto presumimos - tiene la respuesta satisfactoria. Y si los veracruzanos desconocemos a cuánto asciende la cuenta de adeudos que tiene PEMEX con nuestro estado ¿como la vamos a cobrar? ¿Cómo vamos a evitar que nos hagan trampa? ¿Cómo saber si lo que nos abonan disminuye la deuda o son migajas para paliar el justo enojo de un pueblo que empieza a salir a la calle derramando bilis exigiendo ser escuchado?
Todo mundo sabe que sindicato y directivos de PEMEX se sienten una casta poderosa e intocable cuyas redes de influencia penetran gobiernos, empresas, medios de comunicación, representantes en el Congreso y no extrañe que hasta los derrames sean parte de una estrategia que busca preparar peores decisiones en contra del interés de los mexicanos como tratar de justificar la entrega de PEMEX al extranjero.
Igual que con la demanda equidad en el cobro de tarifas eléctricas, tiene razón el gobernador Fidel Herrera, la cosa no se gana con presiones públicas sino con negociaciones por la vía legal.
Ciertamente el gobernante está en su papel al buscar soluciones por la vía de la negociación institucional pero una cosa es la fuerza institucional y jurídica de una solicitud ante el gobierno federal y otra muy diferente el peso de fuerza política que es mayor si se ve respaldada por una consenso, por un sentir generalizado de los veracruzanos que dice ya basta.
¿Hasta dónde llega la soberanía de los estados consagrada en la Carta Magna?
Por eso importa escuchar las voces de protesta, porque son aviso de reacciones mayores.